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VIDEO: Los tesoros más preciados de Oscar “Pincho” Castellano

Visitamos en Lobería al tricampeón de Turismo Carretera, quien rememoró momentos inolvidables de su exitosa trayectoria. Así se encuentran hoy piezas icónicas de la gran campaña deportiva, como el buzo que le compró a Carlos Reutemann, trofeos, cascos y mucho más en una nota exclusiva.

Atardecer de otoño en Lobería, donde conviven las tradiciones de muchos pueblos o ciudades del interior, la juntada con amigos, las reuniones familiares, compartir un café, el vermut en algún bar o club con cartas y villar, más la infaltable “vuelta al perro” de cada fin de semana. Es el momento de regresar a casa luego de una extensa jornada de trabajo en el campo, recorrida para seguir de cerca los sembrados, la cosecha de girasol que ya está en marcha y las labores diarias del gran motor productivo en el sudeste de la provincia de Buenos Aires.

Claro que no puede faltar la visita al taller, para pegar una mirada, aportar algún dato valioso y hasta ponerse a trabajar si la situación lo requiere. Aunque dice que “se retiró”, siempre hay tiempo para transmitir conocimiento, experiencia y sabiduría.

Así es gran parte de la semana para Oscar Castellano, el tricampeón de Turismo Carretera, que hoy sigue disfrutando del campo como es sus días de piloto. “Hoy estoy dedicado al campo, ya no al TC, ya no al taller, sí al campo. La luchamos, trabajamos, el chacarero no sabe hacer otra cosa que no sea producir”, destaca “Pincho” con el conocimiento adquirido, al igual que con los fierros, desde muy corta edad.

Anocheciendo en Lobería, y luego de la jornada de trabajo en el campo, Oscar Castellano recibió en su casa a Campeones, un lugar donde el automovilismo permanece en cada rincón. Fueron 23 años de éxitos como piloto, con grandes momentos que marcaron su exitosa campaña en cuanta categoría compitió.

Trofeos, copas, cuadros, reconocimientos, cascos, buzos y más forman parte de aquellos días de gloria, que marcaron para siempre a él, su familia, su gente y a toda la ciudad, que en la actualidad sigue destacándose con una docena de pilotos compitiendo a nivel nacional.

Con un peso que sorprende al agarrarlo, tela gruesa y el color rojo que utilizaba Carlos Alberto Reutemann en Ferrari, Oscar Castellano posa en su falda el famoso buzo que le adquirió a Lole en 1978, cuando éste era piloto de la Scuderia. “Lo pagué 150 dólares y tenía la publicidad de Smeg, los electrodomésticos italianos”, recuerda “Pincho con la historia exacta de cómo llegó a comprarlo.

Pero hay mucho más para compartir sobre Oscar Castellano, en primera persona, en su Lobería, tierra de pasión por el automovilismo:

Lobería: tierra de automovilismo y pilotos campeones

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