En una nota en exclusivo con Mariano Riviere, enviado de Campeones a San Nicolás, donde el Turismo Carretera desarrollará su decimotercera fecha del año, Agustín Canapino habló por primera vez, luego de la insólita situación que vivió el equipo Pro Racing, tras un reclamo gremial que impidió que tanto el Chevrolet del arrecifeño como el del mendocino Bernardo Llaver participaran de la novena fecha de la temporada de TC2000 en Alta Gracia, Córdoba.
«No pude ni puedo hacer nada, simplemente lo viví con mucha amargura; es una pena enorme. Fui y vine a Córdoba sin poder creer lo que estaba pasando. Me parecía muy irreal estar con la ropa en el bolso sin usar, volviendo de un fin de semana en el que había ido a correr. Fue muy loco y muy surrealista».
«Una pena gigante y un dolor enorme», así definió Canapino a lo acontecido una semana atrás. Luego de la ausencia en Córdoba, Chevrolet anunció lo que era un secreto a voces: General Motors tomaba la decisión de alejarse de la categoría de manera oficial, dejando a ambos pilotos con incertidumbre de cara al 2023. «No supe mucho más de lo que se sabe. Estoy esperando que se termine de resolver todo. Obviamente tengo claro que Chevrolet no va a seguir y que el contrato que tenía no existe más. Será un fin de año en el que tendré que replantear mi futuro».
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Sin butaca asegurada en TC2000, Canapino tendrá por delante un fin de año con mucho por analizar y entre otras cosas irá por la casi segura concreción de un nuevo acuerdo con Gustavo Lema para dar continuidad a su relación con el JP Carrera en Turismo Carretera: «Por ahora no tengo nada definido. Es todo muy reciente y tengo que esperar que se termine de definir todo para empezar a escuchar propuestas y ofertas para ver cómo hago mi 2023. La idea es continuar con el equipo JP en el TC, que creo que simplemente es cuestión de charlar con Gustavo porque entiendo que las intenciones están de ambas partes».