«Los Finocchio de General Pirán». Así se los mencionaba en la década del 70 cuando irrumpieron en la categoría Cafeteras, donde Eduardo, Luis y Alberto empezaron a transitar el camino del automovilismo. De su padre Argentino Finocchio heredaron la pasión por los fierros y la mecánica, para plasmar todo ello en la competición, venciendo en muchísimas ocasiones en legendarios circuitos del automovilismo zonal, como «El Santo» de Mar del Plata, la “Virgen del Camino” en Lobería o el “Arbolito” de Coronel Vidal.
“Arrancamos en el año 68, ya son más de 50 años y tengo la misma pasión, el automovilismo para mí es todo”, afirma Eduardo que a días de cumplir 73 años, ello será el próximo 1° de diciembre, mantiene bien encendida la llama del automovilismo. Pero la dinastía de los 3 hermanos de Pirán tiene continuidad: Pablo que es hijo de Eduardo también tuvo su paso como piloto en la categoría APAC, donde también corrió Mauricio (hijo de Luis) y ahora allí es el turno de Tomás (hijo de Mauricio y nieto de Luis).
Eduardo y Luis siguen trabajando con la misma pasión de siempre en el taller, donde el podio los encontró otra vez, y vaya paradoja, con el mismo auto con el que Eduardo se destacó en el comienzo del automovilismo zonal, antes con un motor Continental y ahora con un Ford que el domingo fue tercero en Coronel Vidal.