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El «Coliseo Porteño» tuvo su fiesta de reinauguración

El "Oscar y Juan Gálvez" de Buenos Aires recibió a miles de familias que disfrutaron de un domingo lleno de actividades, emociones y ruido de motores históricos en el marco de la reapertura e inauguración de las obras de puesta en valor de la catedral del automovilismo argentino.

Este domingo el Autódromo de Buenos Aires reabrió sus puertas al público para presentar los trabajos de reasfaltado en todos sus circuitos y su aspecto renovado, con una fiesta para los amantes del deporte motor. La multitudinaria presencia de grandes y chicos que coparon cada rincón de las instalaciones dieron color a una jornada que fue coronada con la emocionante presencia del Williams de Carlos Alberto Reutemann.

El evento de este domingo comenzó a las 10 de la mañana, pero desde una hora antes la gente se instalo en las adyacencias del «Coliseo Porteño» a la espera de la apertura de las puertas. La particularidad de esta fiesta fue que todo el público pudo transitar por sectores que normalmente son restringidos y esto incentivo el movimiento tanto en la calle de boxes como en cada uno de los rincones.

Los karting y las motos abrieron el jugo, para luego dar paso al transito de autos históricos del TC2000 como la Cupé Fuego «Lee» de Juan María Traverso, el Ford Sierra de Mario Gayraud, el Fiat Regatta «Vencedor» de Osvaldo «Cocho» Lopez, por nombrar algunos. Mas tarde fue el momento de los recordados monopostos de la Fórmula 2 Mecánica Argentina, autos históricos del Turismo Carretera como las «Cupecitas», el Chevitú de Jorge Cupeiro, el Trueno Naranja, la Liebre Amarilla, los sport prototipo.

No podía faltar el Torino campeón de José Manuel Urcera para que volviera a acelerar un TC antes del gran retorno, que será el 20 de agostó, con motivo de la décima fecha que dará cierre a la «Etapa Regular» y definirá a los doce que irán por la Copa de Oro 2023. El circuito será el que usa históricamente desde 1968: El 12, que hoy quedó inaugurado, con toda su traza reasfaltada y algunos cambios sustanciales; el más notorio aparece en la entrada a la «S del Ciervo», donde desapareció el pasto que estaba presente desde el margen de la pista hasta el paredón, para dar lugar a una vía de escape asfaltada, pensada para permitir que los autos puedan corregir su trayectoria al pasarse, aunque el margen parece acotado para quienes se despisten a gran velocidad, en comparación con otros circuitos de similares características.

La fiesta llego a su punto culmine a las 4 de la tarde, cuando el frío quería robarse el protagonismo y el sol empezaba a desaparecer por detrás de las tribunas. Pero nadie se movía, todos esperaban ansiosos para ver girar al Williams FW07 de Fórmula 1 con el que Carlos Alberto Reutemann ganara en Mónaco 1980. El encargado del gran privilegio de manejar la joya verdiblanca fue Jose Ignacio Savino, designado por el propietario de la unidad.

Miles de personas iban de un lado al otro del circuito para buscar la mejor vista mientras «Nacho» aceleraba, deleitando los oídos de todos los presente en cada uno de sus «cinco o seis» giros, que cree haber dado Sabino; es que la emoción le impidió contarlos y reconoció que estaba «Viviendo un momento inolvidable».

Para el estreno por parte de una competencia oficial habrá que esperar hasta el 20 de agosto. Será una jornada importante por la definición de «Los Doce» del TC, por el regreso de «La Máxima» y por renovar las esperanzas de que el autódromo más importante del país por historia, retome una senda de actividad nacional e internacional que no debió haber perdido nunca.

 

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