Con más picardía y mejor manejo, el 14 de septiembre de 1975 Carlos Garro consiguió uno de sus emblemáticos triunfos en el automovilismo, al conquistar en el autódromo de Interlagos la carrera que integró entonces el Primer Torneo Sudamericano de Autos de Turismo que avaló Ford de Brasil para el lanzamiento de los modelos Maverick de 4 cilindros, y en el cual se impuso el riocuartense sobre el ídolo local, José Carlos Pace, entonces piloto de Fórmula 1 y compañero de Carlos Reutemann en el equipo Brabham.
Junto a Luis Rubén Di Palma, Jorge Recalde, Ricardo Zunino y Esteban Fernandino, Garro integró el grupo de pilotos argentinos que aceptaron la invitación para cumplir tanto con la carrera en San Pablo como una semana después en el trazado de Brasilia, circuito este inaugurado un año antes con una carrera sin puntos de F1. Con ellos corrieron, además de Pace, Alex Dias Ribeiro y Vittorio Brambilla, ambos figuras de Fórmula 2 y Fórmula 1.
También compitieron el peruano Henry Bradley, los uruguayos Daniel Luzardo, Alberto Branda y Pedro Kent, los chilenos Santiago Bengolea y Rodrigo Gama, los venezolanos Ernesto Souto y Edgard Soares, los paraguayos Roberto Bittar y Héctor Risso, el ecuatoriano Franklin Pérez.
Debido a las limitaciones reglamentarias que los organizadores le impusieron a los pilotos para realizar pruebas preliminares con los autos, Garro y Di Palma supieron eludir esa regla y tomaron el volante de uno de los Maverick que estaba a cargo de Pace, y con «sutileza» pudieron acceder al habitáculo, aprovechando la distracción de «Moco», y que les permitió conocer mejor las características del vehículo.
Tras designarse el orden de largada por sorteo de acuerdo al número de los autos -el mismo domingo 14 por la mañana- la competencia en el trazado paulista de 7.960 metros se puso en marcha sobre el mediodía la primera batería y Garro (5) junto a Fernandino (3) se posicionaron al frente de la fila india, seguidos por «Moco» Pace (10) quien rápidamente dio cuenta de el «Chango» y fue en pos del «Pájaro», pero este defendió el liderazgo, y cruzó la meta victorioso, con 1s84 de ventaja sobre el brasileño y más de 12 segundos a Ricardo Zunino (20) y Fernandino; 8° fue Jorge Recalde (24) tras recuperarse de un toque con Vittorio Brambilla (11), en tanto Di Palma se retrasaba con problemas en el distribuidor.
La siguiente serie se largó con las posiciones del resultado de la anterior en orden invertido, y así el arrecifeño partió desde la «pole», en tanto Garro y Pace lo hacían desde el fondo. Mientras Di Palma se afirmó en la vanguardia, Garro y Pace fueron escalando posiciones en «tándem» y consiguieron acercarse al líder, terminando el riocuartense a medio segundo y el brasileño a 1s28; con este resultado, el clasificador general (por suma de tiempos) dio como ganador absoluto a Garro por 2s5 sobre Pace y 27s a Fernandino (terminó octavo en la manga).
En Brasilia, trazado de 5.476 metros, se completó la puja sudamericana el 21 de septiembre, y allí Pace se tomó revancha alcanzando el triunfo sobre Zunino y Garro, quien debió largar último por el «sorteo» y pudo remontar a pesar de los toques que recibió de los brasileños; Recalde fue quinto por delante de Fernandino, en tanto Di Palma se retrasó nuevamente.
Durante una de las charlas que conducía Carlos «Lonchi» Legnani en la pandemia, el propio Garro repasó cómo vivió aquella experiencia en tierra brasileña, y la repercusión mediática que tomó el evento.
Si bien el certamen quedó en manos de Pace, reconocida figura que ya contaba con una victoria en F1 precisamente en el GP de Brasil de 1975, la performance que mostró Garro entonces ante el nivel de su «principal» rival evidencia -a medio siglo- en la ductilidad de su manejo, con una rápida adaptación a pistas y coches desconocidos, que no eran escollos para él ni el resto de los pilotos argentinos, como lo hizo en su campaña de Turismo Nacional (en donde fue campeón en Clase C con Peugeot) y Rally Argenitino, junto a varias categorías de nuestro país.