Desde su casa en San Andrés de Giles atendió el llamado para el diálogo Mathías Nolesi, el entrevistado del día para el programa «El Arranque» (lunes a viernes a las 10am por Campeones Radio).
Tal como se adelantó el viernes en La Pampa, el piloto de 47 años ya tenía en mente que ese sería su último fin de semana como piloto, lo que probablemente no imaginó es la forma en que iba a afrontar el mismo. En una clasificación atípica por las condiciones meteorológicas, Emiliano Spataro marcó el mejor tiempo en pista. Sin embargo, al cabo de unos minutos, se daba a conocer que el Torino del Alifraco Sport no cumplía con la altura correspondiente, por lo que la pole position quedaba en manos de Nolesi. El sábado, un roce en la primera serie con el de Lanús lo retrasó al Ford nº 79 y lo obligó a recuperar terreno en la final, en la que arribó 23º.
«Costó tomar la decisión, es mucho el tiempo que llevamos en esto. No daba para más, se nos hacía cada vez más cuesta arriba. No es que uno pierda las ganas, pero los años transcurren y el cuerpo pasa factura. Llegaba agotado de las carreras y era hora de poner fin».
Su debut en el Turismo Carretera se produjo en 2004, luego de consagrarse campeón del TC 4000 Argentino (2002) y lograr el subcampeonato del TC Pista (2003). Desde aquella primera competencia en Mar de Ajó, y hasta la pasada en Toay, disputó 267 carreras. Su mejor resultado dentro de la Máxima fue un segundo puesto en Comodoro Rivadavia (2007), cuyo podio fue integrado únicamente por «Matías»: Rossi, Nolesi y Jalaf. A pesar de ello, no es un grato recuerdo para el de San Andrés de Giles, como tampoco debe serlo para el de Del Viso ni el mendocino. Aquel fin de semana, Guillermo Castellanos perdió la vida a los 40 años.
El sinuoso camino del TC no ha sido fácil para Mathías, sea por cuestiones económicas que le impidieron estar presente en algunas citas del calendario, o también por razones deportivas, tales como el fuerte golpe en Salta 2010 y el accidente con Santiago Mangoni en Olavarría 2017. El esfuerzo, la dedicación y la humildad de su propio equipo se vieron reflejados una vez que culminó la clasificación y habían logrado el segundo mejor tiempo, que después pasó a ser el más veloz de la tarde pampeana.
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