Éxitos, frustraciones y proezas de los argentinos en Daytona

La historia de los argentinos en Daytona es vasta y solo con mirar quiénes corrieron, o intentaron hacerlo, queda a las claras que se destacaron adentro y afuera de la pista ubicada en el estado de Florida. A horas de vivir la edición 2022, repasamos los nombres de los 35 pilotos que transitaron la exigente pista de 5.730 metros, lista a la cual se sumarán en la 60ª edición de las 24 horas, el bicampeón mundial de Resistencia, José María López, con un Cadillac DPi, y Luis Pérez Companc, con una Ferrari 488 GT quienes estuvieron en la competencia de resistencia norteamericana.

MIERES Y von DÖRY, LOS PIONEROS 

Sin dudas podríamos decir que quienes izaron la bandera celeste y blanca en lo más alto en Daytona fueron Roberto Mieres y Antonio von Döry. Ambos, compartieron la conducción de un Porsche en la prueba de 1000 Kilómetros en abril de 1959, consiguiendo el trofeo sobre el chasis 004 del modelo descapotable 718 RSK de 1,5 litros, y superando por una vuelta a sus escoltas: la dupla de Bob Said y Art Bunker (Porsche), y la de Augie Pabst y Paul O’Shea (Jaguar). 

Esta carrera fue una de las primeras que se desarrolló en la actual pista mixta, que entonces medía 6,132 Km., y que tuvo su inauguración en febrero de ese año con una carrera de StockCar Americano (hoy NASCAR). 

«Bitito» Mieres fue un sólido piloto marplatense quien también corrió 17 GP de Fórmula 1 entre 1953 y 1958, con Gordini y Maserati, y luego se dedicó a competir en Sport y Turismo; von Döry, en tanto, había nacido en Hungría en 1916 y junto a su hermano Pedro se afincó en Argentina, con quien despuntó desde jovenes la velocidad. En esta edición de Daytona, fue el propio von Döry quien inscribió el Porsche. 

UN ARGENTINO CON EMPUJE 

Para varios el nombre les resultará hasta casi desconocido. Lo cierto es que entre 1967 y 1970, Norberto Mastandrea, fue otro de los argentinos que corrió en Daytona, tras haberse radicado en Miami a mediados de los años sesenta. Su primera actuación fue con un Mini Cooper en las 300 Millas que se disputaron en 1967, como complemento de la prueba de 24 Horas. 

Tras esa primera experiencia, Mastandrea armó un Chevrolet Camaro V8 de 5 litros, con el cual se inscribió para 1968 aunque no compitió. Sí lo pudo hacer al año siguiente, junto a dos bahameños: Doug Silvers y Robin Hormes, abandonando por un accidente tras haber largado 41. 

En 1970 cumplió con su mejor labor, al partir 45 y culminar 25, compartiendo la conducción del Camaro con Rajah Rodgers y Smokey Drolet, una de las primeras mujeres en correr esta competencia, cumpliendo así con su cuarta y última participación en las 24 horas. Mastandrea, por su parte, cerró su actuación en Daytona un año más tarde, cuando corrió junto al norteamericano Tony Lilly, desertando. 

LA FRUSTRACIÓN DEL PROFESOR... QUE ANTICIPÓ PAIRETTI 

Luego de haber participado en la Temporada Internacional que organizó en 1970 el Club YPF junto al Automóvil Club Argentino, en donde se disputaron en el Autódromo Municipal de la Ciudad de Buenos Aires los 1000 Kilómetros y las 200 Millas, carreras sin puntos como preparación para una fecha del campeonato mundial en la temporada siguiente, hubo cierto interés de algunos pilotos de continuar corriendo en aquellos autos de Sport-Prototipos en varias fechas más. 

Uno de los que ofreció un lugar en su equipo fue el británico Alain De Cadenet, quien contaba entonces con un Porsche 908/02 aunque con un presupuesto acotado debido a que era privado y dependía de los aportes del piloto que le alquilara la butaca. En Buenos Aires contó con Carlos Pairetti, con quien terminó 5 en los «1000Km», y en la siguiente no pudieron terminar debido a que De Cadenet dañó el auto y esto impidió además que «Il Matto» se subiera, provocando su enojo y con ello descartando su participación en Daytona, como estaba acordado. 

Debido a la baja del arrecifeño, el cual estaba inscripto originalmente en la lista preliminar que además era avalada por el propio Juan Manuel Fangio, quien anotó al Porsche bajo su firma, De Cadenet trabajó en pos de buscar a otro piloto y así contactó a Jorge Omar Del Río,convenciéndolo de acompañarlo en las 24 horas ’70, ante lo cual el «Profesor» afrontaría su primera experiencia internacional en una pista -y con un auto- que no conocía.

Como siempre pasa, cuando algo empieza mal, termina peor. Primero, el auto fue embarcado desde Ezeiza con un destino erróneo de la línea aérea y se lo envió a Nueva York… esto hizo que se perdieran tres días de trabajo en Daytona, entregando el Porsche el jueves previo, con el resto de los participantes girando y probando en el trazado. 

A pesar de ello, se pudo armar todos sus componentes y De Cadenet giró por la tarde, cediéndole el volante a Del Río en la tanda nocturna y el argentino a pesar de no exigir el ritmo mejoró considerablemente los tiempos. Luego, el viernes fue el día de la crónica de un final anunciado (por Pairetti). 

De Cadenet salió en primer turno a probar y rápidamente su incursión por la pista terminó contra el muro, al quedarse sin potencia en el motor ya desgastado y dañando considerablemente el sector posterior del 908, a pesar de quedar 26to en la clasificación. 

Procurando cerrar el total del aporte monetario, le solicitó a Del Río saldar el resto del presupuesto para las reparaciones y repuestos, aduciendo que él no contaba con dinero para el trabajo y con ello asegurar el auto en la partida del sábado. 

La situación fue consultada por el argentino y sus patrocinantes, y si bien existió la posibilidad de correr en el inicio de las 24 horas, no se cerró el acuerdo y Del Río desafortunadamente culminó su (mala) experiencia en Daytona antes de tiempo.

GARCÍA VEIGA CON FERRARI Y LOLA 

Néstor Jesús García Veiga tuvo dos experiencias en la pista americana. La primera vez lo hizo con la Ferrari 312 P/71 en la división GT2.0l del equipo privado de Luigi Chinetti en 1971, con quien al principio la relación fue tirante y con el transcurrir de las sesiones y luego en la carrera se pulieron las diferencias y finalmente «Il direttore» del team no ahorraba elogios ante la labor de «el Nene» que alternó la conducción con el hijo de Chinetti y De Cadenet, arribando 5to. tras haber largado 13ro. 

Un año después y junto al francés Gérard Larrouse y el británico Chris Craft condujo uno de los Lola T280 Ford, que integraba el Grupo Sport 3.0l, y con el cual clasificaron séptimos, pero no pudieron largar debido a que el auto tuvo problemas eléctricos en el momento de encenderlo para la carrera, cerrando así su incursión en la competencia de endurance. 

Esta carrera de 1972 se desarrolló sobre seis horas, debido a una reglamentación de la FIA sobre poner un máximo de tiempo (a excepción de las 24 horas de Le Mans) en el campeonato de dicho año. Por tal razón, las «24 horas de Daytona» se completaron con otras competencias durante el fin de semana.

CUANDO MALDONADO CORRIÓ CON EL PATROCINIO DE LA OEA 

A través de una gestión del entonces Embajador Argentino Dr. Alejandro Orfila en Washington, quien ejerció el cargo de Secretario General de la Organización de Estados Americanos (OEA), se pudo hacer un intercambio de pilotos entre nuestro país y Estados Unidos. De esa manera, en diciembre de 1982 corrió en la última fecha de la Fórmula 2 Argentina (que luego sería F2 Codasur) el estadounidense Bobby Rahal, con uno Berta – VW del equipo de Guillermo Maldonado, quien se alzaría con el título de campeón. 

Esta resolución le permitió al piloto de 9 de Julio (Buenos Aires) viajar posteriormente hacia Daytona para tomar parte de las 24 Horas de 1983, conduciendo un Nimrod junto a Anthony Joseph Foyt (ganador en cuatro ocasiones de las 500 Millas de Indianapolis) y a Darrell Waltrip (quien era figura del NASCAR en donde logró tres títulos), con quienes consiguió clasificarse 13ro., en su primera experiencia internacional. Desafortunadamente, el motor Aston Martin de 5,3 litros no resistió la exigencia y con ello a abandonaron. 

LARRAURI Y FANGIO II, LOS MEJORES RESULTADOS

Entre 1986 y 1994, Oscar Rubén Larrauri y Juan Manuel Fangio sobrino, fueron asiduos participantes, registrando variados resultados, y cumpliendo con notorias labores en las 24 Horas que ya no integraban el campeonato mundial de la FIA y se mantenían en el International Motor Sport Association (IMSA), el certamen norteamericano. 

Con cinco participaciones, Larrauri debutó junto a Thierry Boutsen en 1986, y logró subir dos veces al podio, cuando integrada el equipo del suizo Walter Brun, con un Porsche 962 C. La primera fue en 1987, cuando logró avanzar junto a los italianos Gianfranco Brancatelli y Massimo Sigala desde el noveno puesto al segundo lugar; la siguiente ocurrió dos años más tarde, cuando arribó tercero junto al propio Brun y el alemán Hans-Joackim Stuck. 

Reiterando su dupla de compañeros, en 1990 fue la última participación la cual no fue lo fructífera que hubiera querido debido a que no pudo correr en la prueba ante un fuerte accidente que vivió Larrauri durante los tanques llenos, cuando su auto golpeó contra el muro y al rebotar el Porsche tumbó y transitó varios metros de techo por la pista, aunque sin lesionar al argentino.

Fangio, en tanto, cuenta con siete presencias y siempre con el equipo de Dan Gurney, el All American Racers. En su primera acción, en 1987, lo hizo con un Toyota Celica Turbo, de la categoría GTO, con los americanos Ricky Rudd y Jerrill Rice, con quienes pudieron terminar la carrera en el 17 puesto, tras largar 25 y superar fallas en el motor.

Luego, «Juanmanuelito» completó las restantes seis con uno de los Eagle Toyota HF69 (en la otra unidad corría PJ Jones), como representante de la marca japonesa en la serie IMSA. En 1990 corrió con Ricky Moran y Drake Olson, abandonando tras largar 10; en la siguiente temporada repitió Olson y se sumó Willy T. Ribbs, con idénticos resultados. El efímero festejo de la «pole» en 1992 con los británicos Andy Wallace y Kenny Acheson fue la despedida del equipo del «águila» de Daytona, con el 11o puesto de la carrera. 

El balcarceño concluyó su campaña en la pista de Florida en 1994, cuando con un Porsche 911 de la división GTS se sumó al equipo de H. H. Brown, y compartió la conducción con el inglés Brian Redman y el canadiense Bill Adam, clasificándose 17 y abandonando. Con ello, se completó la década más destacada de pilotos argentinos en las 24 horas. 

UNA DOCENA RESISTENTE DE DANIEL URRUTIA 

Es el argentino con mayor presencia en las 24 Horas de Daytona, con 12 competencias. Daniel Urrutia, quien es el hijo de su homónimo padre, acompañante de Juan Manuel Fango que falleció en el accidente de Tacna, durante la Buenos Aires – Caracas de 1948, se radicó desde muy joven en Estados Unidos, y tras forjarse como un empresario del rubro de repuestos de elementos de competición, con Horacio Ferrea, se lanzó a correr en IMSA. 

Con dispares labores, Urrutia compitió con diferentes pilotos y equipos entre 1988 y 2000, entre ellos se destacan Jorge Polanco y Gastón Aguirre. Su experiencia le valió ser consultado por los representantes argentinos para concretar alguna participación en Estados Unidos, como fue el caso de la Asociación Corredores de Turismo Carretera (ACTC) antes de formar la «Misión Argentina del TC» de 1993. 

LA MANO DE OBRA DEL TC 

Con dos Oldsmobile Cutlass de la serie GTS, y que pertenecían a Dale Kreider, nueve pilotos de Turismo Carretera conformaron un equipo que afrontó la competencia de 1993. Oscar Aventín, Osvaldo Morresi, Osvaldo «Cocho» López, y Juan Manuel Landa, quien viajó en reemplazo del malogrado Roberto Mouras, conformaron la tripulación del primer coche. Jorge Oyhanart, Emilio Satriano, Fabián Acuña y Eduardo Ramos, se subieron al restante, mientras que como piloto suplente se inscribió Hugo Mazzacane. 

Aquella «Misión Argentina Roberto Mouras» se forjó con ellos y también con la comitiva que los acompañó y alentó, siendo una experiencia por demás fructífera. La mano de obra en la faz conducción quedó por demás apuntalada por la mecánica que afloró cuando se requirió de rápidas reparaciones, y con Oyhanart al mando se formó un equipo de mecánicos criollos que solucionó los inconvenientes y les permitió a ambos autos terminar a la par la carrera en los puestos 27 (Aventín, Morresi, López y Landa) y 35 (Oyhanart, Satriano, Ramos y Acuña). 

Otras dos excursiones de pilotos de la ACTC se sucedieron con Luis Delconte y Facundo Gil Bicella encabezando la delegación. En 1995 junto a Fabián Hermoso, Alejandro Spinella, y Rubén Salerno como suplente; la siguiente en 1996 con Raúl Petrich y Edgardo Lavari, secundados por Rafael Sorrentino en el puesto de piloto de reserva. La última fue en 1998, y sólo Gil Bicella repitió la experiencia, acompañado por Gastón Aguirre, Horacio Paolucci y Gabriel Castillo. En las tres ocasiones con un Oldsmobile Cutlass. 

MAZZACANE Y PÉREZ COMPANC SUMARON HORAS Y KILÓMETROS EN DAYTONA

Gastón Mazzacane concretó su participación en las 24 horas de Daytona de 2007, cuando junto a los germanos Uwe Alzen y Robert Renauer, y al estadounidense Terry Borcheller, integró el equipo Vici Racing y tomó parte del evento con un Fabcar Porsche, con el cual el platense sufrió un fuerte golpe que obligó a abandonar la competencia. 

En tanto, Ezequiel Pérez Companc ha conseguido ser parte de la carrera conduciendo un Lamborghini Huracán, del equipo Grasser Racing Team, compartiendo la butaca con el alemán Christian Enghelbart, el suizo Rolf Ineichen y el italiano Mirko Bertolotti, en 2017, y con el helvético Christoph Lenz, el belga Louis Michels y el holandés Max van Splunteren en 2018. Su última participación fue en 2019, con un Audi del equipo Starworks Motorsport, junto al británico Ryan Daiziel, el americano Parker Chase y el alemán Christopher Haase. 

EL MOMENTO DE CANAPINO Y EL EQUIPO JUNCOS RACING

Por primera vez, el equipo del argentino Ricardo Juncos se presentó para ser protagonista en la división mayor de IMSA, la DPI, con el Cadillac en el cual debutó el tetracampeón de TC y bicampeón de Súper TC2000, Agustín Canapino, a quienes acompañaron los americanos Will Owen y Kyle Kaiser y el austríaco Rene Binder, para afrontar las 24 Horas de Daytona de 2019. 

Canapino demostró una notable performance en cuanto a tiempos de vueltas y ritmo en la pista, trabajando con el equipo Juncos Racing. Tras esa experiencia repitió en las 12 horas de Sebring, pero no pudo continuar con su proyección internacional la cual es por demás promisoria para el piloto arrecifeño, con estos prototipos.

LAS EXPERIENCIAS DE SANTERO Y BLOCK EN MICHELIN CHALLENGE PILOT

En 2020 nació el proyecto Toyota Gazoo Racing Latinoamérica, y sobre fines de ese año se confirmó que el primer piloto argentino en ser integrante del nuevo programa de competición de la marca japonesa era Julián Santero, quien junto a los dominicanos Alfredo Najri y Javier Quirós, compitió en las 4 horas de Daytona 2021, prueba válida por la serie IMSA Michelin Challenge Pilot, a bordo de un Toyota GT4 Supra que desarrolla y atiende Riley Motorsport en la división GS.

Otro piloto argentino que toma parte de esta especialidad, pero con un Alfa Romeo Giulietta Veloce bajo reglamento TCR, es el correntino Roy Block, quien vive desde hace varios años en Florida. En su caso compitió con el estadounidense Tim Lewis, y bajo la asistencia mecánica de KMW Motorsport with TMR Engineering.

Estos, más «Pechito» y Pérez Companc, estarán representando a la bandera celeste y blanca, la cual flameó en lo más alto del podio con Mieres y von Döry, y permite soñar que años después la nueva generación de pilotos pueda tener continuidad y en un futuro volver a tener a la enseña otra vez muy arriba, acompañándolos en un podio de Daytona.

Fotos Gentileza Racing Sportscar y Archivo Campeones