Ante un estadio mundialista de Córdoba (entonces Chateau Carreras y hoy «Mario Alberto Kempes») colmado, el Lancia Delta Integrale Nº2 de Jorge Recalde y Jorge Del Buono fue recibido con una ovación ensordecedora que celebró la hazaña para un piloto argentino y sudamericano de ganar en una prueba del rally mundial, al concretarla en la octava edición del Rally de Argentina 1988 con la organización del Automóvil Club Argentino.
El piloto de Mina Clavero integró en aquellos años la escuadra italiana que dirigía Cesare Fioro (luego director de Ferrari en F1) y lograba junto al arquitecto marplatense su máximo premio en una carrera que conocía como “la palma de su mano”, imponiéndose en 13 pruebas especiales y definiendo por 3m35s sobre quien entonces reinaba en el mundo rallístico: Massimo Biasion, que ganó 15 P.E. junto a Tiziano Siviero.