Autismo: Las razones detrás del aumento de casos y las advertencias de expertos
Informe de Alejandro Horvat | LA NACIÓN
Extracto del 18 de diciembre de 2025
Los diagnósticos del Trastorno del Espectro Autista (TEA) están en aumento, al menos eso señalan las pocas estadísticas que existen a nivel mundial. Según el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, hay un un crecimiento sostenido: en 2000 se registraban 6,7 casos por cada 1000 niños de 8 años, en 2018, escaló a 23 y en 2022 llegó a 32,2 en ese país.
Según datos del Ministerio de Salud de la Nación, en la Argentina, 148.710 personas cuentan con un Certificado Único de Discapacidad (CUD) por autismo. En total, si se consideran todas condiciones, hay 1.657.854 certificados vigentes. Sin embargo, desde la cartera sanitaria reconocen que no hay un registro que permita conocer con mayor certeza las cifras del TEA. La mirada de especialistas es que el incremento de este diagnóstico suele derivar en discusiones públicas atravesadas por la polarización y la desinformación en un clima que dificulta un abordaje serio y la posibilidad de contemplar los innumerables matices de esta problemática.
Los expertos señalan que este crecimiento comienza a explicarse cuando se toman en cuenta factores como la educación, el estrés de la vida cotidiana, la alimentación, los estilos de crianza, la exposición a distintos estímulos —como las pantallas— y el rol de los sistemas de salud que, en algunos casos, tienden al sobrediagnóstico.
A su vez, remarcan que ninguno de esos factores, por sí solos, pueden considerarse causantes directos del TEA. Todos forman parte de una compleja constelación que, al combinarse y actuar sobre una base neurobiológica preexistente, pueden influir en la aparición y la expresión del cuadro.
En un contexto de más diagnósticos de cuadros del espectro autista, irrumpen debates intensos que exigen ser abordados con rigurosidad. El eventual vínculo entre las vacunas y el autismo encendió una polémica inesperada que fue apaciguada con las firmes posiciones de las organizaciones de salud más serias a nivel mundial.
Basados en la evidencia científica, especialistas consultados por LA NACION subrayan que no existe ningún estudio que relacione vacunas con autismo y que esa asociación nació de un fraude ya desmentido. Al mismo tiempo, hablan de casos en los que puede haber una coincidencia temporal, que ocurre cuando la vacunación y la aparición de los primeros síntomas del espectro suceden en el mismo período y se interpretan, de manera errónea, como causa y efecto.
Otras miradas plantean que “vale la pena abrir debates” y estudiar todo lo que cambió en las últimas décadas, sin miedos ni limitaciones.
Como punto en común entre ambas perspectivas, queda una exigencia compartida: no simplificar un fenómeno complejo ni confundir preguntas legítimas con afirmaciones sin sustento.
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