Decir Satriano es referirse al Turismo Carretera. Es Chevrolet y el éxito. Es el recuerdo de años gloriosos de la mano de Emilio al volante y Pablo en la preparación de aquellos emblemáticos autos y motores.
Esa dupla histórica fue parte del TC durante 20 años, y si bien luego los caminos se separaron, tanto Emilio como Pablo siguieron ligados a la categoría con sus equipos, en el caso del último mencionado junto a su hijo Cristian, dejando una gran huella con Marcos Di Palma acelerando el Chevrolet alistado por ellos.
Ahora una nueva generación de los Satriano buscará hacer su camino, con el jovencito Rogelio trabajando para empezar la escalera de la ACTC, dando sus primeros pasos con estos autos en el TC Pista Mouras. Junto a su papá Cristian y su hermano Nicolás alistan un Chevrolet en Chivilcoy, con el objetivo de empezar a sumar kilómetros con miras a 2023.
“Estamos tratando de armarlo junto a mis hijos y los amigos que nos dan una mano. La intención es hacer este año una prueba de cara al año que viene y que así el apellido vuelva a la categoría”, le manifestó Cristian Satriano a Campeones.
Su hijo Rogelio tiene 20 años, cuenta con experiencia compitiendo en diferentes categorías de Karting (Pako, Rotax y zonal) y ahora va por un sueño, a la par que en La Plata estudia ingeniería aeroespacial.
El Chevrolet, que es propiedad de Fancio, se alista en Chivilcoy, la misma ciudad donde empezó la dinastía Satriano, la que forjó la historia y entraña recuerdos imborrables.