Los autos de la clase mayor del Campeonato Mundial, los Rally1, ya no tendrán su división híbrida en la unidad de potencia. Volverán a los motores 1.6 litros de cilindrada con turbo y, como novedad, combustible sostenible.
No se sumaron nuevos fabricantes y los costos se dispararon en manos de los equipos. Otros campeonatos llamaron la atención de las factorías, como el de Endurance FIA WEC o incluso el Rally Dakar, dejando relegado al WRC y su plan de cinco temporadas que se cortará en la tercera tras el debut en 2022.
Un Rally1 híbrido supera el millón de euros de costo por auto. Toyota, Hyundai y Ford son las tres representaciones actuales del WRC y ninguna de esas marcas acompañó la decisión de la FIA y el WRC, por lo que ha fracasado el plan. Se espera una reducción mínima de 150.000 euros al quitar el componente de potencia eléctrica y que en el corto plazo haya más vehículos anotados en la clase mayor. De hecho, proliferan los coches de reglamentación Rally2 en todo el mundo y nadie va por los Rally1.
Ya este año, los autos de la máxima división podrán correr sin el factor híbrido, aunque sin puntos para los constructores. Ya desde el 2025 todos los Rally1 correrán con la configuración no híbrida. Se volverá al motor 1.6 Turbo de 330 CV pero con combustible sostenible pero no podrán alcanzar los picos máximos cercanos a 500 CV que se llegaba a generar, en secciones permitidas de los tramos de velocidad, gracias al aporte eléctrico.
Se esperan medidas en aerodinámica para abaratar costos de cara a 2025. Se planifica un costo menor al medio millón de euros por auto para 2026, para que los pilotos no estén condicionados a un valor extremadamente alto para correr, donde el apoyo de las fábricas no ha llegado como se esperó.