El cuarto puesto en el Gran Premio de Francia de 1958 de la Fórmula 1 a bordo del Maserati 250F marcó la última travesía del «Chueco» de Balcarce antes de colgar el casco. Sólo unos meses antes, había coronado su quinto título mundial en el campeonato 1957, que durante décadas lo mantuvieron como el máximo ganador de la categoría.
Obtuvo dos subcampeonatos en 1950 y 1953 en su trayectoria en la Fórmula 1, que incluyó 51 Grandes Premios, 24 victorias, 35 podios y 29 poles position para uno de los más grandes influyentes del automovilismo a nivel mundial y principal referente del deporte motor en la Argentina.