Los retrasos en el transporte a nivel mundial, sea por aumento de costos y el impacto de la guerra entre Rusia y Ucrania disminuyendo el flujo de empresas de aquella región, afectaron también a la Fórmula 1. Si bien el MotoGP con el GP de Argentina debió modificar la actividad de pista por un caso extremo (llevó el avión el viernes a la tarde), el cargamento de algunos equipos de la F1 camino a Australia se retrasó más de una semana y hubo riesgo de que no lleguen a tiempo.
Tres equipos fueron particularmente afectados, pero se evitó este inconveniente sobre la hora. Una misión de último minuto salvó la situación de la mano de la firma (auspiciante de la F1) DHL tomando el camino de cargar en Singapur los elementos de un barco y pasarlos a un vuelo hacia Melbourne. Esta entrega llegó el lunes, asegurando el material de los equipos.
Según explicaron desde el área de logística, los costos tras los primeros años de pandemia ascendieron a un nivel de que «lo que antes costaba en torno a 900 dólares ahora rondan los 20.000 dólares«. Por eso es que se ha intentado ahorrar, separando los grupos de elementos que se envían a diferentes carreras del año, alternando barcos con aviones.