La investigación por conductas inapropiadas de Christian Horner, director de Red Bull Racing, concluyó tras semanas de especulaciones y tensiones. El británico fue absuelto de las acusaciones y seguirá desempeñando su función, pues los investigadores lo consideraron «no culpable», pero durante el viernes del GP de Bahréin de Fórmula 1, apertura del año, se filtró sensible información que vuelve a poner el foco sobre Horner.
El pasado 5 de febrero, el diario neerlandés De Telegraaf aseguró que la denuncia de una trabajadora de las empresas vinculadas a RBR disparó la investigación. Poco más de tres semanas tardó en conocerse el veredicto en la que «la queja ha sido desestimada» y absolvió a Horner.
Nueva alarma que suena para Horner
La polémica en torno a la investigación dio un giro a última hora del jueves cuando se filtró, frente al personal de la F1, supuestas pruebas. A través de direcciones de correo electrónico anónimas, se distribuyeron documentos que estarían relacionados con el caso.
El correo electrónico se envió los altos cargos de la organización de la Fórmula 1 y la FIA, afirmó la prensa que acompaña el GP de Bahréin este fin de semana. También los actuales directores de equipo y medios de comunicación acreditados lo recibieron. Entre los destinatarios también estaba Jos Verstappen, padre del tricampeón Max.