Si hablamos de ser atrevido y rápido, Julian Santero es un claro ejemplo de ello. El año pasado sorprendió a todos arrebatándole el título a Mariano Werner en La Plata, en un año que demostró trasladar sus dotes de campeón en el TN a la máxima categoría.
Sin embargo, el 2025 es una montaña rusa de sentimientos para el «mendocino volador».Arrancó el año sumando fuerte en Viedma, cuando se llevó un tercer puesto detrás de Castellano y Canapino. Volvió a pisar firme en El Calafate, donde se ubicó cuarto.
La siguiente fecha que lo tuvo como principal protagonista fue la sexta en Córdoba, cuando largó en primera fila con Mariano Werner y tras superarlo, tuvo que devolverle la posición por «maniobra peligrosa», según el comisariato deportivo. Se lo observó fastidioso y molesto con la decisión, e incluso no festejó.
A pesar de este mal trago, siguió sumando fuerte y se mantuvo primero casi toda la etapa regular,logrando un tercer puesto en Concepción del Uruguay y parándose solo en Posadas y Buenos Aires. En esta última, cuando se definió quién ganaba la etapa regular, Santero tuvo un fin de semana para el olvido: cuando estaba tercero en su serie se golpeó, y en la final un toque con Alaux lo dejó afuera, sin sumar puntos. Gracias a esto, Agrelo le arrebató los 15 puntos por ganar la fase previa. Así y todo, el comienzo en San Luis fue auspicioso: ganó su serie y terminó la final segundo, detrás del líder Agustin Canapino.
Es un campeón que aún no ganó, algo extraño en el TC pero no imposible: Guillermo Ortelli se consagró en 2016 y no triunfó en 2017. Lo mismo para José Manuel Urcera, que fue campeón en 2022 y no ganó al siguiente año. A Santero le queda todavia la chance en San Nicolás, Toay, Paraná y La Plata.
Por otra parte, la temporada de Santero se vio marcada por la novedad de que será piloto de BMW desde el 2025: seguirá en el FISPA CORSÉ pero ya no correrá el auto actualmente campeón, si no que será la cara de la nueva marca que ingresa al Turismo Carretera.
