No cabe duda de que el debut de Agustín Canapino en un óvalo fue sobresaliente. Tras haber llegado a la prueba sin tantos ensayos previos, el arrecifeño completó una labor excepcional y se encontró a la par de los pilotos de punta y con años de trayectoria en la IndyCar. Contra todos los pronósticos, e incluso superando las expectativas de los más optimistas, Agustín quedó a sólo una vuelta del ganador y finalizó 12° entre 28. Un verdadero hito para el representante argentino que, además, piensa que podría haber quedado un poco más adelante.
«Todavía no caigo en la cuenta de lo que pasó. Todo me parece muy irreal» comenzó relatando el hombre del Juncos Hollinger Racing. Y es que verlo peleando de igual a igual con nombres de alto calibre en el automovilismo internacional en su primera carrera en óvalos era algo inesperado para muchos, incluso para él.«Fue todo muy loco. La realidad es que fui a la carrera con muy poca práctica. Tuvimos el día de rookies, después otros 50 minutos, la clasificación, una hora más y a correr» Tal como se dijo, Agustín llegó a la primera competencia sin tanto vuelo, y según él mismo lo cuenta, la adaptación fue durante la contienda. «No había tenido la experiencia de girar en grupo como lo fue en la carrera. Así que aprendí mucho durante la competencia»
Luego, Agustín seccionó la disputa en tres, teniendo en cuenta su larga duración, con más de dos horas en pista. «La carrera se dividió en tres partes. Primero pude avanzar un poco, tuve un buen ritmo con gomas usadas. Ahí me empecé a entusiasmar aunque viví dos o tres momentos complicados, porque se me puso de costado el auto pero la pude zafar. Me venía adaptando y tratando de aprender a manejar en ese momento de la carrera, con gomas usadas y aire sucio» «En la parte media pude avanzar un montón, fueron más de 100 vueltas a fondo. Para el fìsico eso fue tremendo, cada vez que encarás el curvón son 4G y medio. Y es eso mismo durante muchos segundos, todo el tiempo. Es realmente muy extremo» «La última parte tomé más precaución, podría haber llegado más adelante pero terminé en un puesto 12. Me trabé con Helio Castroneves que me tapó bien y me pasó VeeKay»
«Como terminé bien, con el auto sano y entero fue una experiencia fabulosa. Aunque es muy riesgoso, y correr en un óvalo es una locura hermosa, pero una locura al fin.» sentenció. Para él, esa misma locura es lo que le da una mística especial a la IndyCar, y la convierte en una categoría única.
Recordamos que el equipo que comanda Ricardo Juncos sumó un auto para esta temporada luego de haber competido sólo con Callum Ilott el año pasado. En ese sentido, también es algo nuevo para la estructura. Sobre esto, analizó: «En los boxes perdíamos un poco, en parte porque yo me tomaba mi tiempo para entrar. Es muy difícil entrar con un set-up de óvalos: el auto no dobla a la derecha y hay toda una técnica que todavía tengo que aprender. Al mismo tiempo, el equipo tardaba un poco: No hay que olvidarse que somos todos nuevos, hasta los mecánicos. Y peleamos con estructuras muy poderosas, entonces es lógico que en estos detalles todavía nos cueste.»
54 adelantamientos «titánicos», entre otros hitos del equipo Juncos en Texas
«Todos me decían que estuviera tranquilo porque la primera carrera en óvalos generalmente te pasan todos, quedás último y es todo muy complicado. Pero vi que hice una buena largada, pasé algunos autos y me quedé en ritmo, tratando de cuidar las gomas. No me animaba a ir por el medio hasta no estar más seguro. Después vi que me arrimaba a los de punta y pensé: ¿Qué está pasando?» Canapino sorprendió a propios y ajenos, y lejos de que lo pasen todos, terminó haciendo 54 adelantamientos. Algo que motivó las felicitaciones constantes de Juncos desde la comunicación por radio. «Me terminé sintiendo más cómodo en un óvalo que en un callejero» concluyó, tras la segunda presentación de la temporada.