La coordinación de tareas fundamental se logró desde el mismo domingo de Gran Premio de San Pablo de Fórmula 1, donde Williams Racing enfrentó la millonaria realidad. Además de aguardar el traslado logístico de Brasil a Inglaterra, que hubiese sido distinto con una sede europea, hubo cuatro días de espera por las piezas, una planificación detallada y la voluntad de toda la planta de trabajadores y proveedores lo hicieron posible. Con el único favorable del tiempo entre carreras, los de Grove compartieron el trabajo que demandó muchas más horas-hombre de lo habitual y un gasto que, se especula, sería superior a los 2 millones de dólares para reconstruir los autos de Alex Albon y Franco Colapinto.
Recién el jueves por la tarde ingresaron algunas piezas, todas dañadas y dentro de una gran caja, a la sede de la escuadra. Allí esperaban los operarios, entretenidos como podían en la vigilia, sabiendo que llegarían días de gran esfuerzo. «Todos trabajaron duro en el proceso y han superado los límites«, remarcó Ben Howard, jefe de mecánicos. Del mismo modo, se encargaron de callar rumores sobre la dificultad para entregar los coches para el envío a Las Vegas, donde el próximo fin de semana saldrán a competir.
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Luego de evaluar qué piezas se pueden recuperar y cuáles reconstruir, discernir el rango de gastos para mantenerse siempre dentro de los límites que se fijan para los equipos, la obra general continuó en un fin de semana sin días libres y con turnos especiales.
Según estimaciones, entre todos los equipos, el lluvioso GP de San Pablo dejó un saldo de 4,8 millones de dólares para reparaciones. Poco menos de la mitad de todo lo estimado podrían atribuirse a los múltiples accidentes del dúo de Williams, el equipo con más inversión en este sentido sumando los imponderables de Albon y Colapinto así como el antecesor, Logan Sargeant.
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Esta vivencia será primordial para el conjunto que dirige James Vowles, que mostrará su determinación y compromiso con el objetivo de retornar a las posiciones de avanzada en la Fórmula 1. La carrera de Las Vegas, en un callejero nocturno que el año pasado presentó falencias como las que se recuerdan en las alcantarillas, será el primer paso.
