¿Quién no soñó alguna vez subirse a su auto y salir sin rumbo? Probablemente muchos, pero pocos quienes se han animado a hacerlo.
Juan Marchetti (44) y Marina Mango (31) lo pensaron, no lo planificaron (o al menos no del todo) y pusieron primera, literalmente. A bordo de un Ford Falcon modelo ’81 y con su caja de tercera, la idea original era llegar hasta Santiago del estero, pero poco a poco la ruta comenzó a agigantarse.
Cap. 1 – El inicio
«Haber llegado hasta Ecuador fue increíble, me tuvieron que mandar algunos repuestos porque yo no tenía nada, un poco por mi ignorancia mecánica de pensar que no se iba a romper el auto. De hecho así fue, pero no podía no tener herramientas», manifestó Juan en El Arranque por Campeones Radio.
Un punto clave, por no decir el más importante a la hora de viajar, es la economía. Tras haber utilizado los ahorros de sus anteriores trabajos, ambos se dedicaron a buscar nuevos oficios:
«En cada país hemos hecho de todo. Desde lavar copas en un restaurante hasta pintar casas o limpiar parques»
Cap. 2 – De América a Europa
Cap. 3 – Pandemia
Cap. 4 – El intento de volver a casa
Producto de algunas fronteras abiertas y otras cerradas, el vehículo quedó encerrado en Uruguay durante dos años. Sin embargo, lo que no se detuvo fue la estadía del mismo, por lo que generó un monto de u$s 11.700 por estacionamiento.
Cap. 5 – Lo logramos
«No hubo mejor despertar que el de Mónaco, fue un sueño para mí porque en ese momento sabía que yo tenía que estar trabajando o siguiendo la rutina, por lo que muchas veces dejamos los sueños guardados en un cajón».
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