A casi una semana de haber competido en el Dakar, Sébastien Loeb ya estaba arriba de un auto de WRC nuevamente para afrontar una carrera que, en la previa, no se podía prever cómo terminaría para él. En febrero cumplirá 48 años y, con tan poca práctica en la previa con el nuevo auto híbrido, todo podía pasar.
Y así fue. Protagonizó una gran lucha con su compatriota Sébastien Ogier desde el jueves con el Shakedown hasta el domingo con la última etapa en la que, por 10,5s terminó siendo el vencedor de la primera fecha para demostrar que los años no pasan para él.
Ya abajo del auto y ante los medios, reconoció que «sin duda es increíble para mí. Fue un gran rally, estaba contento con el ritmo otra vez ya que no sabía qué esperar al estar aquí«. Este fue su 80mo triunfo en la categoría y el octavo en Montecarlo, igualando a Ogier en la lista de máximos ganadores en ese escenario.
«Las sensaciones con el coche fueron buenas, al igual que la conducción. Tuvimos una gran lucha con Seb (Ogier) todo el fin de semana«, reconoció acerca de su rival. Y añadió: «Fui rápido el viernes, él lo fue el sábado, especialmente en Sisteron, y hoy, con lo que pasó (una pinchadura en la etapa 16 más una penalización por partida en falso en la 17), ganamos el rally. Fue un momento impresionante para nosotros«.
Por último, hizo una mirada al pasado para remarcar que no fue sencillo lo que logró: «Han pasado 10 años desde mi último título, así que estoy muy orgulloso de poder seguir peleando con los más jóvenes y ser capaz de ganar un rally. Este es uno de los mejores recuerdos«.
