Notable recuperación marcó Sebastien Loeb en la primera etapa del Rally de Acrópolis, al comando del Ford Puma con el cual prevaleció en cuatro tramos especiales con la navegación de Isabelle Galmiche, y cerrar la jornada dominando con 1s7 sobre su compañero de equipo y compatriota Pierre-Louis Loubet, quien junto a Vicent Landais había tomado el liderazgo por un par de tramos.
«Decidí esforzarme mucho porque estaba perdiendo demasiado tiempo en el último y no me sentía muy confiado. Así que dije ‘está bien, necesito terminar con un buen ritmo’. Hubo una piedra en el suelo que golpeé de lado y levantó el auto, pero sin problemas«, destacó el nueve veces campeón mundial de rally.
Loeb había perdido la ventaja inicial cuando en una curva cerrada se excedió en la velocidad y allí cedió el primer lugar de la competencia griega, para permitirle a su compañero ganar por primera vez un tramo mundialista. A partir de allí fue recortando las diferencias y pudo recuperarse para volver a dominar en el WRC.
Detrás de los autos del óvalo se ubica el Toyota Yaris del binomio finlandés integrado por Esapekka Lappi y Janne Ferm, a 8s7, aventajando a los Hyundai de Thierry Neuville, quien navegado por Martijn Wydaeghe había ganado en el Súper Especial que abrió el rally en el Estadio Olímpico de Atenas), el de Dani Sordo (corre con Cándido Carrera) y al de Ott Tänak (junto a Martin Järveoja).