Fue el primer Gran Premio afectado por la pandemia de covid-19 en 2020, con la categoría instalada en el Albert Park cuando se tomó la decisión de cancelar la carrera en Australia. Para el retorno al circuito de Melbourne, se planificaron numerosos cambios a la traza que ingresó al Mundial en 1996 y serán estrenados en pocos días.
La exigente primera curva es ahora 2,5 metros más ancha hacia el lado derecho para limitar el efecto de embudo que se generaba, principalmente, en las largadas. El primer gran punto de adelantamiento, tras la partida, es la curva 4 donde se ha ensanchado el asfalto hasta 4 metros más y con el agregado de un leve peralte positivo.
Además, la sexta variante se ha trasladado siete metros para pasar de ser un lugar de desaceleración a una curva veloz y ha desaparecido la chicana de curvas 9-10 para llegar con mayor exigencia, a unos 330 km/h, a la siguiente. También las siguientes trazas han sido cambiadas para mejorar el espectáculo de una pista que nació siendo un semipermanente llano, sin cambios con relación al huso diario de la ciudad, para pasar a tener características de autódromo.
Hasta los boxes son más anchos en su calle de tránsito, esperando que la FIA apruebe el nuevo plano y llevar las carreras a una nueva estrategia. Con esta modificación podría llevarse la velocidad del paso por boxes durante la carrera de 60 a 80 km/h.
Para corroborar si estos cambios funcionan para el espectáculo, sumado a un completo reasfaltado, solo hay que esperar al próximo viernes cuando (en la madrugada Argentina) la categoría comience a girar en el GP de Australia.