Marc Márquez se impone una meta: volver tan competitivo como sea posible al Mundial de Motociclismo, tras haberse recuperado de la diplopia que tuvo al caerse durante un entrenamiento con una moto de enduro hace tres meses, y que le impidió culminar la temporada 2021.
Con miras a estar listo para cuando el año deportivo se inicie con los test de Indonesia y Malasia, en febrero, el piloto de Cervera estuvo en el circuito de Portimao, en Algarve, para cumplir con una prueba privada con una Honda de 1000 cm³ y tomar referencias sobre su campo visual y reacciones con esa unidad, antes de subirse a la maquina que Honda Racing le alista en MotoGP.
“Hoy nos probamos en Portimao con la RC213V-S”, escribió en sus redes sociales Márquez, exhibiendo una foto de la moto de calle, la cual está decorada como una oficial y el Nº93, y su clásica gran sonrisa.
