“Es un honor para mí presentar hoy este tributo a Niki Lauda. Fue tricampeón del mundo: dos veces con Ferrari y luego regresó milagrosamente a la F1 después de retirarse, ganando otro título con McLaren. Fue un héroe que siempre decía lo que pensaba. Nunca será olvidado y siempre será recordado aquí en Woking”, expresó Zak Brown, CEO de McLaren, al descubrirse la estatua del recordado piloto austríaco.
Lauda compitió con la escuadra de Woking durante la segunda parte de su campaña, y retornando a la Fórmula 1 tras una tentadora oferta que entonces le había propuesto Ron Dennis, a través de la empresa Philip Morris, para acompañar a John Watson, durante 1982 y 1983, con los MP4/1B Cosworth, logrando ganar en Long Beach y Gran Bretaña, en la primera temporada.
A partir de 1984, se sumó al equipo Alain Prost, y con él conformó una dupla contundente a bordo de los MP4/2 que montaban los motores turbo Porsche TAG. Ambos definieron el título y fue la última conseguida por el austríaco que la ganó por medio punto de ventaja sobre el francés, y además pudo ganar en el trazado de Zeltweg.
En la temporada siguiente, 1985, afrontó sus últimos Grandes Premios y se retiró tras 60 competencias y ocho triunfos con los autos rojos y blancos, cerrando su paso por la Fórmula 1, con 171 carreras largadas desde 1971 y un total de 25 victorias, y los cetros mencionados en Ferrari y McLaren, y una marca que le dejó el fuego en el rostro y el cuerpo, por el accidente de Nürburgring ’76.