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Nostalgia: Mar y Sierras le dice adiós a los circuitos de tierra

Las categorías Mayores del Sudeste le ponen punto final a su participación en escenarios de tierra compactada. Será este fin de semana en el circuito “La Virgen del Camino en Lobería. Se va una parte de la rica historia.

Por Leonardo Moreno

La década del 70 marcó para siempre al automovilismo en el sudeste de la provincia de Buenos Aires, donde dos categorías crecieron con tanta fuerza que generaron una gran cantidad de adeptos, y que significó una cantera de grandes valores para el deporte motor en nuestro país. Las Cafeteras y Turismo Mar y Sierras brillaron por los diferentes circuitos de tierra compactada, acelerando también en algún autódromo como el “Juan Manuel Fangio” de Balcarce.

De allí egresaron excelentes pilotos, formados en esas dos divisionales, y que para los nostálgicos ha quedado grabado por siempre. Mar y Sierras se mantuvo y se fue potenciando con el correr de los años, donde lo amateur se transformó en profesional, sin perder la esencia del automovilismo zonal.


Pero parte de ese memorable folklore llegará a su fin este fin de semana, cuando se dispute la última carrera en un circuito de tierra compactada. La histórica despedida se dará con el desarrollo de la tercera fecha del año, en «La Virgen del Camino» del Jorge Newbery Fútbol Club de Lobería, justamente un trazado que mantiene su vigencia desde aquellos años de gloria.

Un centenar de participantes serán actores de esta parada, repartidos en TC del 40, Minicross y las dos clases de Mar y Sierras, en el reducto de la Ruta 227.

«En un alto porcentaje, nuestros pilotos, nos comenzaron a pedir de ir dejando los circuitos de tierra», apunta Lucio Cinalli (presidente de la Asociación Civil de Corredores).

«Los autos fueron evolucionado a pasos agigantados y la llegada del neumático slick apuró ese avance, que nos exige correr en circuitos asfaltados», afirma el directivo y agrega: “los altos costos para dejar los circuitos, en las condiciones técnicas y de seguridad que demandan nuestros autos, limita el campo de acción de los clubes organizadores».

Más de cinco décadas de caminar a la par llegan a su final, por lo que nos permitimos hacer un poco de historia

Llamada inicialmente Fuerza Libre (fines del 60) y producto de la fusión entre Mar y Sierras (nombre actual) y Cafeteras en 1980, «la más potente» fue durante varias décadas cantera de grandes exponentes del automovilismo argentino.

Oscar «Pincho» Castellano, Edgardo Lavari, José Malisia, Mariano Calamante, Juan Alberto Occhionero, Oscar Alaux, Juan Antonio De Benedictis, Eduardo Marcos, Hugo Baños, Armando Ciancaglini, los hermanos Finocchio, Oscar Erratchu y Francisco Altuna son sólo algunos de los nombres que se catapultaron hacia el Turismo de Carretera.

Paralelamente el TC del 40, nacida en 1976, escribió su historia con pilotos como Fabian Acuña, Ariel Robbiani, Jorge Politano, entre otros,dentro de la máxima.

En los 80, ambas categorías amalgamaron esfuerzos e hicieron camino al andar. Y el nuevo milenio trajo la necesidad de crear la Clase «B» de Mar y Sierras (sin tantas libertades técnicas) y el desafío de adoptar un desprendimiento de Minicross, aportando una opción de menor porte (4 cilindros) a los espectáculos de cada domingo.

Pigüe, Bahía Blanca, Tandil, Olavarría, Tres Arroyos, Balcarce, San Cayetano, Laprida, Benito Juárez, Lobería, Necochea, Fernández, Chaves, Hinojo, Azul, Pringles, Suárez, Claromeco, Chillar, La Madrid, Dorrego, Coronel Vidal, Mar del Plata, fueron anfitriones a lo largo de la historia con distintos circuitos de tierra.

Algunos de ellos siguen vigentes, otros (más afortunados) dieron lugar al asfaltado, pero la mayoría desaparecieron y viven en la memoria de los seguidores de este automovilismo zonal.

«Sabemos que es una medida antipática. La decisión no fue para nada sencilla de tomar. Pero estamos convencidos, que es el camino a seguir», reflexionó Cinalli.

Dejar la tierra es dejar la casa de los padres. El lugar donde nacieron las dos divisiones más antiguas del sudeste bonaerense. Pero sin dudas, es un paso que había que darlo tarde o temprano.

Será temprano. Este fin de semana en la otrora «Capital de las Cafeteras», Lobería. Cierro citando al maestro Gustavo Cerati «poder decir adiós, es crecer».

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