Por Pablo Culela
En el ambiente del automovilismo argentino, y del Turismo Carretera en particular, prácticamente se habló de un sólo tema en los últimos días: el no de la ACTC a Facundo Chapur para ascender al TC.
Si bien el reglamento es muy claro y terminante porque indica que solo ascienden el campeón y el subcampeón del TC Pista, y el cordobés culminó cuarto en el certamen, muchos consideraban que luego de sus importantes logros en otras categorías y la experiencia de dos años con buenos resultados le podían abrir la chance para subir. Sin embargo, cuando el pasado martes salió el comunicado de la CAF su nombre no estuvo en la nómina de los autorizados.
En definitiva, en el 2023 serán nueve protagonistas los que tendrán la posibilidad de debutar en TC. Claro que apenas tres de ellos (el 33,33%) lo harán por los puros logros deportivos que indican las reglas. Otto Fritzler y Santiago Álvarez, por ser campeón y subcampeón del TC Pista, respectivamente, y Marcos Quijada por ser campeón 2021 del TC Mouras. El resto, es decir seis (el 66,66%), lo materializarán sólo por el simple hecho de llegar a una determinada cantidad de carreras disputadas entre TC Pista y TC Pick Up. Una nueva norma que apareció en 2022 y no está escrita, pero derivó en los ascensos de Gustavo Micheloud, Elio Craparo (que igualmente había hecho méritos en 2021), Cristian Di Scala, Juan Garbelino, Martín Vázquez y Humberto Krujoski.
En ese aspecto, en cuanto a cantidad de carreras, a Chapur tampoco lo ayudan los números porque cuenta con 30 participaciones en TC Pista y 21 en las TC Pick Up. Lo que sí lo avalan son sus pergaminos y sus guarismos anteriores con los consabidos campeonatos en Turismo Nacional (uno en Clase 2 y dos en Clase 3), sus triunfos en Súper TC2000 donde también peleó un título, y el buen paso hasta aquí en el TC Pista con 4 victorias (3 este año), 8 éxitos en Series, 7 podios y 2 poles en dos temporadas.
Por eso, para la mayoría pareció una medida antipática y así lo expresaron los seguidores del automovilismo, una gran parte del periodismo y muchos pilotos (aunque fueron pocos los que lo manifestaron públicamente). Es absolutamente cierto que el cordobés no alcanzó el objetivo concreto que reza el reglamento de la ACTC, pero podría haberse dado curso a una excepción (las hubo en otras temporadas) que probablemente merecía. De hecho, lo suyo se analizó en la CAF, aunque finalmente un rotundo no resonó más fuerte y allí se desvaneció la posibilidad de su ascenso.
Lo cierto es que toda esta situación desató la posibilidad de analizar más profundamente el tema para un futuro. Quizás incorporando otras reglas con mayor foco en lo cualitativo que en lo cuantitativo como se hizo este año. La “escalera” de la ACTC ha dado muestras sobradas de su excelente funcionamiento. Hoy los jóvenes se van forjando de manera tal en las divisiones del “Mouras” que el TC Pista tiene un nivel muy elevado de pilotos y equipos, amén de una importante cantidad de participantes. Por eso, a esta altura parece muy poco que puedan ascender tan sólo dos corredores (campeón y subcampeón) por los resultados deportivos.
Además, pilotos como Chapur o Diego Azar, sólo por citar un par de ejemplos, que han logrado campeonatos argentinos en categorías importantes (bicampeones de TN Clase 3 y de TRV6, respectivamente) posiblemente merezcan estar habilitados para competir en TC. Tal vez después de una determinada experiencia en TC Pista lo cual sería correcto y valedero, pero no “atados” a tener que terminar primero o segundo en el campeonato.
Ahora bien, si con un ritmo de ascensos mayor por méritos deportivos (que sería lo lógico) y por acumulación de carreras (que se va a dar inexorablemente en breve si siguen “premiando” a los que lleguen al centenar) se alcanzara un número grande y complicado de participantes, no quedará otra que poner en marcha los descensos. ¿O cómo se estará pensando toda esta situación?
Sin dudas, son muchas cuestiones para estudiar. Habrá que examinar y evaluar todas las posibilidades. El “tema Chapur” aceleró el asunto. El Turismo Carretera en la categoría número uno de Argentina. Eso está claro. Y sería aún más notable si allí estuvieran todos los mejores. Por eso tal vez sea bueno elevar el nivel de la categoría más importante del país con pilotos que tienen sobrados logros deportivos y un importante camino recorrido dentro del automovilismo.
Hoy, las reglas de juego son estas. Todos lo saben y las respetan. Pero a lo mejor llegó el momento de debatir algunos puntos del reglamento para que haya nuevos criterios y normas. Humilde (y respetuosamente), acaso más justas.