Ni James Vowles, el jefe de Williams Racing que conoce cada detalle de las labores de Franco Colapinto en la academia de desarrollo de pilotos patrocinada por el equipo, esperaba ver lo que la realidad puso sobre la mesa. «Esas cosas no suceden, no deberían suceder«, explicó con asombro al analizar su primera acción en pista con un F1 en los ensayos del GP Británico en Silverstone.
«Su padre vendió la casa para que él corra un año de Fórmula 4»
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«Para el crecimiento definitivo de la escudería necesitábamos asegurar que el reemplazo (de Logan Sargeant) fuera lo suficientemente efectivo. Franco (Colapinto) hasta hace un mes era desconocido para el mundo, nadie sabía su nombre. Te lo garantizo… Y ahora es bastante conocido. Él era especial, aún sin ser conocido. Para ser más claro con lo que quiero decir; su padre vendió su casa para que él fuera piloto y participara en un campeonato de Fórmula 4 . Es una realidad que muchos padres y muchas familias lo hacen. Sin embargo, él ganó en un equipo que no tenía el nivel adecuado, eso le abrió una puerta»
«Cuando yo corría en Asian Le Mans Series, él también lo hacía. Ahí me di cuenta lo rápido que es, que es capaz de conducir cualquier vehículo que le den. Después lo pusimos en una simulador, hizo miles de kilómetros y lo pusimos en la Fórmula 2, comenzó a ganar carreras y luego le dimos una oportunidad en el auto de F1 en Silverstone. Y cuando lo hicimos nos tomó por sorpresa. No esperaba que hiciera eso con el auto»
«En aquellas pruebas, lo que no era visible es que estaba al ritmo de Alex (Albon). Eso no sucede. Eso no debería suceder. Este era un gran paso adelante. Pasas de un auto de Fórmula 2, que es difícil de conducir, a uno de F1 que es muy veloz, de otro nivel, donde todo sucede muy rápido y lo afrontó de una manera admirable. Entonces, darle una oportunidad no fue una decisión difícil de tomar, simplemente había que ejecutarla de manera correcta».
