Estalló, justo en el mes preparatorio al comienzo de la temporada oficial de Fórmula 1, la tensión dentro de Red Bull Racing. Una dura acusación dejó a Christian Horner en la mira, con una acusación por parte de una persona del trabajo por conducta inapropiada.
Horner negó las causas de las acusaciones, pero el conjunto inició una investigación independiente para esclarecer los hechos. Según se conoció, extraoficialmente, se menciona que las acusaciones apuntan a un «comportamiento increíblemente controlador» y se deslizó que la queja fue de un integrante femenino del equipo. ¿Podría ser forzado a renunciar? Sobre este punto particular, la prensa reveló que hasta su esposa, la ex cantante de las Spice Girls, Geri Halliwell, estaría dolida por las alegaciones pero brindando apoyo incondicional.
Quienes están cerca de Horner insinúan que podrían formar parte de un plan para desplazarlo, aprovechando un enfrentamiento reciente con Helmut Marko, consejero del equipo RB. Esto se habría afianzado tras el fallecimiento (en octubre pasado) de Dietrich Mateschitz, fundador de Red Bull y protector de Horner, arribado en 2005 y con quien dominó en la F1 de la mano de Sebastian Vettel o Max Verstappen.
El empresario tailandés Chalerm Yoovidhya y creador de la bebida energética que da nombre a todo es clave, pues maneja el 51 por ciento de las acciones de Red Bull. Por ahora, ha mantenido su posición de confianza con Horner, como en el Telegraaf, donde negó las acusaciones sin profundizar, asesorado por abogados, aunque pesa el 2 de marzo como fecha límite con la primera carrera del 2024.
