Entre 74 anotados, contando al debutante de 19 años llamado Matías Rossi, se dio una de las pocas victorias de Torino en el Autódromo Oscar y Juan Gálvez de Buenos Aires el 11 de mayo de 2003. No fue la última vez que celebró la marca pero sí había marcado el esperado regreso a lo más alto de un clasificador que unió en la estadística a padre e hijo, Luis Rubén y Patricio Di Palma.
Tras ganar la serie más veloz, ‘Pato’ compartió la primera fila de salida con Henry Martin (Ford). La batalla en pista fue importante y se extendió hasta el último giro. Di Palma defendió al extremo su posición al llegar a la primera variante, en la curva de el ciervo, pero a la salida del veloz curvón Salotto el sanjuanino emparejó la marcha. El roce se dio en el frenaje de Ascari, donde ambos terminarían con las maniobras extrañas por el pasto.
Di Palma dominó el coche y gracias a la ventaja con los perseguidores se colocó delante de Gabriel Ponce de León (Ford) justo para ingresar a la recta principal y tomar la bandera de cuadros. El auto que había sido construido por su padre le dio la victoria a Patricio, que cortó una racha para Torino: 28 años sin celebrar, justamente, desde la victoria de Rubén Luis Di Palma en las 500 Millas Mercedinas de 1975.