Nadie mejor que él para «abrir caminos», y por ello nació el 5 de octubre de 1922, el Día del Camino. El recordado José Froilán González fue un pionero en diferentes etapas de la historia del automovilismo argentino e internacional, como piloto y luego como dueño de equipo.
El «Cabezón» fue sobrino de Julio Pérez, uno de los primeros pilotos con fuste de la «Cuna de Campeones» que participaba en Turismo Carretera con Chevrolet. De él heredó esa pasión por la mecánica y la velocidad, pero al accidentarse en las Mil Millas de 1940 su familia le prohibió a Froilán involucrarse en la actividad.
Así, debió correr a escondidas de sus padres con los pseudónimos «Montemar» (el nombre de un caballo de carreras) y «Canuto» (que era un payaso de circo), con el cual comenzó a hacerse popular al ganar en Unquillo su primera carrera. Al descubrirse su identidad, y aún con la desaprobación familiar, empezó a correr en TC, y Fuerza Limitada.
Durante las temporadas internacionales que organizaba el Automóvil Club Argentino, a fines de los año cuarenta, comenzó su derrotero con el monoposto Grand Prix. Así corrió con Maserati y fue promocionado por el ACA para integrar el equipo «Achille Varzi» junto a Juan Manuel Fangio, de quien sería inseparable camarada.
En la temporada de 1951, el ACA programó una competencia en la avenida Costanera, en donde se ubica el Aeroparque, y allí Froilán corre con una Ferrari logrando ganarle a las potentes Mercedes Benz de Fangio y Kling; esto le permite ingresar a Scuderia Ferrari y el 14 de julio de ese año «abre el camino» de triunfos de «Il Cavallino Rampante» al ganar en el Gran Premio de Gran Bretaña, disputado en Silverstone, y quiebra la hegemonía de las -hasta entonces- Alfetta de Fangio, José Farina y Luiggi Faggioli.
Con participaciones alternadas, «Il Commendatore» lo convocaba para que condujera sus autos; en tanto, Froilán también era contactado con Fangio por British Racing Motor (BRM) para probar y desarrollar los frenos a disco que experimentaba la marca inglesa.
La actividad de 1954 será por demás consagratoria para «Pepe». A bordo de Ferrari y en el lapso de un mes, concreta dos resultados que lo perpetuarán en la historia: el 13 de junio gana en las 24 horas de Le Mans junto a Maurice Trintignant, tras manejar casi 17 horas la Ferrari 375 Plus y el 16 de julio lo hace otra vez en F1 con Ferrari y en Silverstone, ahora sobre las «Flecha de Plata» Mercedes-Benz W196, y registrando un dato aún inigualado como el empatar el récord de vuelta con otros seis competidores.
A fin de esa temporada, aciaga por la muerte de Onofre Marimón durante los entrenamientos del GP alemán en Nürburgring, Froilán culmina siendo subcampeón mundial de Fangio, completando el único «1-2» argentino en la historia del campeonato mundial de F1.
Tras 31 participaciones en Fórmula 1 cierra su etapa internacional, y se enfoca en completar su campaña de piloto en la categoría Fuerza Libre, en donde consigue el título sudamericano con una Ferrari – Chevrolet.
En 1964, importa el Chevrolet Nova II y lo arma, junto a los hermanos Aldo y Reinaldo Bellavigna y la preparación de Bernardo Pérez, para correr en Turismo Carretera, siendo el primer auto compacto que compite en el país conducido por Jorge Cupeiro y que genera una revolución en la categoría ante el arraigo de las cupecitas, siendo bautizado por el público como «Chevitú». Otra vez, «Pepe» abrió otro camino en nuestro automovilismo.
Tras estas gestas, dejó el automovilismo de manera activa y junto a Juan Manuel Fangio, Oscar Gálvez, y tanto otros pioneros de nuestro país conformó un grupo de permanente consulta para las siguientes generaciones de pilotos. Además, era un recurrente visitante de don Enzo Ferrari cuando viajaba a Italia, y con quien mantuvo una permanente comunicación hasta que el «mago de Maranello» falleció en 1988.
Junto a otro de sus discípulos, Carlos Marincovich, impulsó la divisional de autos de turismo standard, para participantes principiantes. Con el tiempo esa categoría recibió el rango Turismo Internacional avalado por la CDA del ACA.
El autódromo de Buenos Aires, del cual fue precursor cuando junto a varios pilotos le propusieron a Juan Perón construir una pista permanente, y junto al intendente Juan Sabaté recorrieron el bañado de Flores, en barrio de Villa Riachuelo, para ver los terrenos en donde está el predio del circuito, cuenta con su nombre en el palco oficial y también en el Centro de Alto Rendimiento de la Asociación Argentina de Volantes (AAV), perpetuando su figura.
Froilán González y Carlos Alberto Legnani, director de Campeones, mantuvieron otra estrecha relación y además aceptó ser el padrino de la revista «ONE» cuando esta se presentó, distinguiendo a dicha publicación y siendo un asiduo lector.
El 14 de junio de 2013 se conoció la infausta noticia de su deceso, a los 90 años y el recuerdo de una persona abierta y solidaria para quienes le solicitaban una consulta, consejo y ayuda.
José Froilán González, el piloto que «abrió caminos» desde su nacimiento, en las pistas y en la vida.