En el marco de la tercera fecha del TN en Paraná, y a raíz de la consulta de un oyente en Campeones, Guillermo Kissling hizo referencia a su deseo de tener una categoría de monopostos con motores potentes, que sirva a los jóvenes con proyección internacional. «Fue una picardía haber perdido la Fórmula 2 Sudamericana. Si bien no teníamos una potencia en los motores de 400 HP, era una categoría intermedia para saltar desde lo que era la Fórmula 4 en su momento y hoy serían las categorías iniciales de Fórmula. Y nos permitía tener el roce con muchos pilotos que se iban a correr a la Fórmula 1. Ha debutado, por ejemplo, Barrichello. Y cuando dejaban la F1, volvían a correr en la F2 Sudamericana. Había una interrelación a nivel deportivo para saber adónde estábamos parados.»
Además, analizó cuáles eran las expectativas de los participantes en esa época. «En ese momento se pensaba en ir a correr a la Fórmula 1, no a una categoría nacional. Si bien no todos llegaban, la mentalidad era esa.» Luego, señaló las disimilitudes entre los monoplazas y los autos con techo. «La diferencia sigue siendo grande entre un auto de Fórmula y uno de turismo. Y si bien es cierto que es lo más lógico el ascenso desde un kárting a un auto, también hay distinciones grandes. Por eso uno ve pilotos que vienen de las motos y son buenos en los autos, porque lo que se forja en esa primera etapa es el temperamento. Y eso después se desarrolla en cada categoría que haga»
El talento argentino y el caso de Canapino
Los últimos éxitos deportivos de los argentinos en el exterior hicieron revalorizar al talento nacional y al nivel de nuestros deportistas, que queda plasmado cuando compiten afuera. Sobre esto, comentó: «Argentina se destaca en un montón de deportes. Creo que la política debería imitar más este tipo de ejemplos, porque no hay nada para objetar sobre el éxito deportivo de nuestro país. Y eso es producto del esfuerzo de toda la gente, que trabaja como entusiasta.»
Más tarde, puntualizó en el caso de Canapino y su incursión en la IndyCar. «El caso de Agustín es otro más dentro del automovilismo. Si bien surgió en autos con techo, no tengo dudas que va a triunfar, por el esfuerzo y la dedicación que le pone, además de su capacidad.» Y siguió: «No tuve la suerte de trabajar con él, pero el ambiente es chico y nos conocemos. Entonces sé toda la capacidad que tiene. No sólo es un piloto, sino que lee lo que pasa en el auto y no necesariamente debe transmitirlo, porque él sabe qué es lo que está pasando. Eso provoca un combo para darle una idea a los ingenieros que seguramente toquen el auto con mucha más probabilidad de que las cosas funcionen, porque él mismo está involucrado en lo técnico.»
Por último, resaltó los resultados cosechados por el arrecifeño en lo conductivo, con dos puestos 12 y registros de tiempo que no estaban en los papeles ni siquiera de los más optimistas. «Ha sido excepcional su rendimiento en estas dos primeras carreras para alguien que nunca se había sentado en un fórmula.»