Flavio Briatore no es un hombre de mucha paciencia, ni escrúpulos. Cuando esa paciencia se le acaba, suele tomar drásticas decisiones sin importarle los escrúpulos. Por estos antecedentes no pueden sorprender a nadie sus decisiones.
La paciencia del actual asesor y director deportivo de Alpine parece haberse agotado tras la decepcionante, así la calificó el propio Flavio, actuación del equipo francés en el reciente Gran Premio de Austria, que no vio a ninguno de sus pilotos entrar en la zona puntuable. Algo que necesitaba para mejorar su imagen y recuperarse del último lugar que ocupa en la Copa de Constructores.
Sin reparar mucho en las limitaciones técnicas mostradas por el Alpine A525, Briatore descargó sus principales dardos sobre Franco Colapinto. Le objetó no haber ingresado en la Q3 y también su irregular andar en carrera. También hubo para Gasly por su errática marcha en el Gran Premio.
Como en tantos lados, en la Fórmula 1 el hilo se corta por lo más delgado. Y el punto más delgado de ese tenso hilo que actualmente es Alpine, resulta el piloto, y en este caso Franco Colapinto. Por eso fiel a su verdadera personalidad y no a la que muchos argentinos se habían formado tras los iniciales elogios a Franco, Briatore empezó a poner su mira en su posible reemplazo.