El Oscar y Juan Gálvez de Buenos Aires ha sido testigo de inigualables carreras y definiciones de campeonatos de distintas categoría pero, si habría que destacar alguna, el Turismo Carretera posee una buena cantidad de capítulos que valen la pena ver, escuchar o leer.
Transcurría el año 2005, precisamente del mes de septiembre, y la Máxima arribaba por tercera y última vez al escenario porteño para desarrollar la fecha 12º del certamen. La final parecía que quedaba en manos de Guillermo Ortelli, quien ya había ganado en Rafaela y quería ir por otro triunfo. Sin embargo, en la última vuelta, al piloto de Salto se le rompe el neumático trasero izquierdo cuando transitaba el curvón Salotto y fue superado por los Ford de Rafael Verna y Juan Manuel Silva.
El «Tabo» hizo tranquilo la horquilla, pero a la salida de la misma el chaqueño pisó mejor y emparejó la línea, llegando prácticamente a la par de la bandera a cuadros. La imagen televisiva daba la sensación de que Silva había sido el ganador, pero luego de algunas horas, la ACTC confirmaba que Verna era quien se adjudicaba aquella carrera.
¿Qué ocurrió? Resultó ser que el sensor de tiempo del Falcon nº 7 estaba colocado en el pasaruedas trasero, justo delante del eje, mientras que el nº 5 lo tenía puesto en el mismo lugar pero detrás.
«No sólo fue por el sensor, sino también por el cable en diagonal que cruza por debajo de la recta. Al quedar por el lado externo, es decir de la tribuna, me tomó que llegué primero».