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El TC y tres circuitos que ameritan un cambio

Una alternativa para que las pruebas de clasificación en Buenos Aires, Toay y Rafaela permitan ver el talento de los pilotos en su máxima expresión y sin ningún margen para el error.

Buenos Aires, Toay y Rafaela son los únicos tres autódromos donde el Turismo Carretera supera los 190 km/h de promedio para la vuelta. Esa característica que tienen en común determina que en dichos trazados adquiere un protagonismo decisivo un factor que en otros circuitos no es relevante: la succión. Y si hay una instancia donde girar “chupado” a otro auto se convierte en un objetivo fundamental para los pilotos, esa es la clasificación. 

Entonces suele producirse un “espectáculo” que poco tiene que ver con el más puro espíritu deportivo que debería primar en una competencia automovilística. Los pilotos esperan en los boxes hasta último momento, a la expectativa de que un rival los “lleve”. En varias ocasiones sucedió que esa estrategia especulativa les impidió salir a tiempo a la pista para clasificar o abrir la vuelta antes de que el reloj se ponga en cero. Incluso, un par de veces hubo reclamos ante los comisarios deportivos a raíz de la resolución de estas controvertidas situaciones. 

El Chevrolet de Ardusso durante la clasificación de Buenos Aires 2023.

Una vez en la pista, las polémicas también suelen estar a la orden del día cuando el TC clasifica en circuitos como Buenos Aires, Toay y Rafaela. Las pugnas por acomodarse de la mejor manera en el “trencito” veloz que se forma a la hora del intento de vuelta rápida y las eventuales recriminaciones cuando un piloto no devuelve la gentileza por haber girado detrás de un colega forman parte de este conflictivo combo. De hecho, para evitar salir perjudicado en la “feroz” búsqueda de la succión en pos de ganar un par de décimas, hay un puñado de pilotos que optan por girar en soledad y así asegurarse la vuelta. 

Lo cierto es que se da la paradoja que en los circuitos más veloces y venerados por los fanáticos suelen darse clasificaciones enredadas y donde muchas veces no se pueden dimensionar las reales aptitudes de los pilotos en el sublime momento de buscar la “pole position”. Es más, muchas veces las polémicas que se generan alrededor de las clasificaciones donde la succión es fundamental se llevan más atención que los pilotos que se destacan a la hora de lograr el tiempo. 

Iribarne con el Chevrolet Camaro este año en Toay.

Con el propósito de potenciar un espectáculo único, como lo es ver girar a los TC a velocidades extremas al mando de los mejores pilotos del país, sería una buena alternativa que la ACTC aplique un sistema de clasificación distinto para Buenos Aires, Toay y Rafaela. Y la opción más interesante sería replicar el formato que aplican la IndyCar y el NASCAR en los óvalos. Es decir, que los pilotos salgan a clasificar -sorteando el orden en que lo hacen- de a uno por vez, eliminando de raíz el factor succión, y potenciando así las posibilidades de apreciar las aptitudes conductivas de cada corredor y las mecánicas de los autos que deben guiar.  

Sería una alternativa que no requeriría ningún costo económico adicional y sólo demandaría adecuar el cronograma del sábado para darle más tiempo a la clasificación. Lo ideal sería una única vuelta por piloto, a todo o nada. Es decir, una exigencia máxima: lograr el tiempo en un trazado de alta velocidad sin ningún margen para el error. Como siempre, prevalecerán los mejores, y si alguno de ellos fallara, sería un reaseguro para el espectáculo verlo avanzar en las series. El público del TC, los pilotos y circuitos icónicos como Buenos Aires, Toay y Rafaela merecen ese plus. 

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