No fue un sencillo arranque de temporada para la escudería austríaca que, pese a haber ganado de la mano del campeón Max Verstappen en Arabia Saudita, tuvo varios problemas de fiabilidad en la primera y tercera fecha que llevaron al neerlandés a abandonar en ambas competencias, cediendo terreno en la lucha por defender su corona.
En Bahrein el motivo fue un inconveniente en la bomba de combustible que no permitía que los últimos litros llegaran al motor para terminar la carrera. De hecho, eso le sucedió a ambos pilotos de la constructora con sede en Milton Keynes y se quedaron con las manos vacías cuando parecía que iban a sumar un segundo y un cuarto puesto detrás de los pilotos de Ferrari.
El alivio llegó en Arabia con el triunfo de Verstappen y parecía que la situación se había corregido, pero los fantasmas de fiabilidad se hicieron presentes nuevamente en el giro 39 en Melbourne, forzando un nuevo abandono de Max. Esta vez, con la posibilidad de mantener al menos un auto en pista y sumar un podio de la mano de ‘Checo’ Pérez.
Helmut Marko, responsable técnico del equipo que actualmente está tercero en el campeonato de constructores, aseguró que «hemos podido identificar la causa de la fuga de combustible en el coche de Max«. Sin embargo se limitó a dar más detalles del tema: «El caso es muy complejo. El problema es absolutamente diferente al de Bahréin«.
Pensando en que la próxima fecha será dentro de diez días, en Red Bull no abunda el tiempo para corregir los inconvenientes de cara al Gran Premio en Imola. De todas maneras, a diferencia de la apertura del campeonato, esta vez es un solo auto el que deberán corregir, aunque se trate del más importante.
