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La decisión «al extremo» de Canapino para priorizar la aerodinámica

El arrecifeño y el JP Carrera trabajaron en diferentes detalles en el Chevrolet 78 para lograr mayor aerodinámica en un circuito especial como lo es el "óvalo" rafaelino.

El Agustín Canapino de 2023 es una versión mejorada de la de 2022, en cuanto a lo técnico y físico, tras la virtuosa y rica experiencia adquirida a lo largo de una temporada completa dentro de la IndyCar con el Chevrolet-Dallara del equipo de Ricardo Juncos, con el que transitó diferentes escenarios que lo obligaron a llevar al límite cada detalle para estar a la altura de semejante exigencia y sin dudas lo logró con creces.

Aquella experiencia la trajo al plano local para nutrir de su caudaloso talento nuevamente al Turismo Carretera, donde lleva disputadas cuatro fechas en las que tuvo diferentes resultados finales, siendo esta última en Rafaela, lo mejor de su vuelta, al subirse al podio y demostrar grandes maniobras de sobrepaso.

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Los óvalos estadounidenses son escenarios clásicos de la temporada de IndyCar, que resultaban a priori un desafío para el arrecifeño, pero en sus incursiones pudo plasmar actuaciones inesperadamente satisfactorias, incluso en las míticas «500 Millas de Indianápolis». Este domingo se reencontró con un circuito ovalado, pero en suelo argentino, en una pista que otrora fuera organizadora de una recordada competencia de la categoría de monopostos norteamericana.

Con el «background» recolectado este último año en su excursión al país del norte, se podría decir que Canapino contó con una ventaja, sobre todo en la parte física, que lo tiene más preparado para situaciones de carrera extremas, algo que quedó evidenciado al ver el satisfactorio estado en el que se lo vio al bajarse de la Chevy verdinegra del JP.

A pesar de lo dicho, «El Titán» contó que sintió mucho el calor (la temperatura tocó los 35º en la ciudad santafesina), pero principalmente por un detalle que evitó para priorizar la aerodinámica en un circuito que requiere diferentes elecciones técnicas con respecto al resto, al igual que sucede en IndyCar, donde la fisonomía de los autos es notoria al pasar de un callejero a un óvalo.

«No tenía líquidos ni nada, porque agregamos peso y perdemos aerodinámica; hay que llevar todo al extremo», contó Agustín en Campeones por Radio Continental, luego de finalizada la carrera.

 

Al igual que las entradas de aire mediante la utilización de mangueras para la refrigeración del sistema de frenos, también se suelen implementar entradas similares para la ventilación y refrigeración del piloto, algo que Canapino decidió neutralizar en pos de una mejora aerodinámica, a pesar de que eso fuera en detrimento de su bienestar dentro del habitáculo.

 

«Hace un calor imposible y no le puse ninguna manguera al auto, para aprovechar la aerodinámica. Se puso Caluroso», reconoció.

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