El automovilismo argentino tiene el lujo de poseer entre sus filas a pilotos con amplia trayectoria en categorías internacionales, que a la vez ofician de mentores cuando un nuevo competidor da el salto a las especialidades más prestigiosas. Es el caso de Norberto Fontana, que en el año 2000 supo correr en la CART, antecesora de la Indy, donde Agustín Canapino está haciendo sus primeras armas.
Y en el marco de una carrera como Rafaela, el de Arrecifes aprovechó para conversar sobre su experiencia en los óvalos, y contó algunas intimidades de sus conversaciones con su coterráneo.
«Es muy bueno lo de Agustín. Hablamos mucho en privado y ahora él entiende lo que significa manejar ese tipo de autos. Sólo el que los corrió sabe lo que es» Y siguió: «Le dije que cuando vuelva a Argentina y agarre los curvones se los va a querer comer, porque pasás de doblar a 360 km/h en un curvón a subirte a un auto de turismo y hacerlo a 180 km/h»
«El salto es muy grande. Es más fácil bajarse de algo rápido y subirse a algo lento que viceversa» Y concluyó con un mensaje para el público fierrero nacional: «Hay que pedirle paciencia a la gente en Argentina, él nunca se había subido a un monoposto»
