¿Por qué el 2024 fue un año histórico?

Los pilotos argentinos que nos representan en el exterior nunca en la historia tuvieron tanto protagonismo en las principales carreras y categorías del automovilismo internacional en una misma temporada como sucedió el año pasado.

Por Pablo Culela


El año que acaba de culminar será recordado en Argentina por una serie de acontecimientos a nivel internacional en los que fueron notables protagonistas diferentes pilotos de nuestro país, quienes se lucieron en las competencias más relevantes y en las categorías más importantes del mundo. En la larga historia jamás hubo al mismo tiempo un grupo de corredores argentinos que lograra destacarse de una manera tan importante abarcando todo el conjunto de las citas y las especialidades más trascendentes.

En la Fórmula Uno volvió a correr un compatriota después de 23 años y 5 meses (Gastón Mazzacane en San Marino 2001). Y no sólo eso, sino que consiguió sumar puntos tras 42 años y 9 meses que no lo hacía un argentino (Carlos Reutemann en Brasil 1982). Pero más allá de esos datos trascendentes, lo que dejó Franco Colapinto en su paso por la “máxima” tuvo que ver claramente con lo que generó con sus actuaciones, sus sobrepasos y su personalidad. Hubo un entusiasmo que no se veía justamente desde la época de “Lole”.

Franco Colapinto, tras el Gran Premio de los Estados Unidos en el Circuito de Las Américas.

En las “24 Horas de Le Mans”, la prueba más importante del Mundial de Endurance y una de las carreras más emblemáticas del mundo, José María López se lució sobre el prototipo Toyota al que se subió reemplazando a último momento a Mike Conway. El cordobés terminó segundo en una tarea descollante y le faltó muy poco para batir a la Ferrari ganadora. Su producción tuvo un reconocimiento mundial extraordinario. También en la mítica competencia francesa se destacó Nicolás Varrone que ganó en la categoría Pro-Am y llegó a puntear la General de la LMP2 donde finalmente fue 4to.

El Toyota N°7 volvió a contar con la presencia de «Pechito», quien compitió el resto de la temporada con un Lexus en GT3.

En las “500 Millas de Indianápolis” lo realizado por Agustín Canapino por momentos tuvo carácter épico. En una exigencia tan desafiante, el arrecifeño fue velocísimo en la clasificación y en la carrera. Jugó siempre al límite, y le faltó muy poquito para ser “Top-Five”, lo que hubiese sido un resultado histórico para nuestro país en el clásico del automovilismo norteamericano. De todas formas, tras una penalización, culminó en el puesto 22 y se convirtió en el primer argentino después de 91 años (Raúl Riganti en 1933) en arribar al final.

Canapino, a bordo del Chevrolet-Dallara N°78 del Juncos Hollinger en Indianápolis (Foto: Action Sports Inc)

En la Fórmula Dos, la antesala de la F-1, volvió a ganar un piloto de nuestro país luego de 19 años (“Pechito” López en Barcelona 2005 cuando era GP2). Fue un triunfo muy festejado por el contexto, y no sólo porque habían pasado casi dos décadas, cuando Franco Colapinto en el circuito de Imola superó en una maniobra excepcional en la última vuelta al estonio Paul Aron.

Increíblemente en apenas 4 meses (de mayo a septiembre) del año pasado sucedió todo eso. Pilotos argentinos luciendo alto en lo más representativo del automovilismo mundial: Fórmula Uno, Indy 500, Le Mans y Fórmula Dos. Fuimos contemporáneos de un momento único e histórico que difícilmente pueda repetirse. Ojalá volvamos a ver una u otra cosa al menos de forma unitaria, pero de manera global en una misma temporada seguramente será muy difícil. Admiración a todos ellos, como así también al resto de los compatriotas que dejaron huella en otras categorías.

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