En las últimas tres temporadas de la Formula 1, Lewis Hamilton fue noticia tanto por lo hecho arriba del auto como afuera, siendo partícipe desde 2020 en movimientos por la igualdad de los derechos humanos que en algunos casos lo pusieron bajo la lupa de los organizadores de los Grandes Premios que no se alineaban con sus pensamientos.
En diciembre la FIA decidió cortar de raíz este tipo de acciones por parte del británico, al imponer que cada manifestación religiosa, política o de cualquier tipo debía ser previamente aprobada por el organismo internacional. Y marca un punto clave en la continuidad del piloto de Mercedes en la categoría una vez terminado su contrato.
Lewis inició analizando que ‘todavía hay muchos obstáculos que superar en ese sentido. Con suerte no será así por mucho más tiempo, pero es triste ver que estas cosas todavía existen a día de hoy’.
‘Si no puedo tener conversaciones con la gente, si no puedo hablar de esos temas tan delicados, no tendrán la repercusión que deben tener. Por lo tanto, las organizaciones que pueden cambiarlo no dedicarán sus energías a mejorar eso’, añadió el siete veces campeón del mundo.
El mundo cambió demasiado hace tres años y él lo tomó como una oportunidad: ‘El 2020 tuvo un gran impacto personalmente. Me siento empoderado para ponerme de pie y hablar abiertamente sobre cualquier tema. Independientemente del resultado, sé que siempre hay que decir y hacer cosas, porque mucha gente está sufriendo’.
En el cierre fue contundente y remarcó al respecto: ‘Si no puedo defender los derechos humanos y no puedo continuar con lo que he estado haciendo estos años, prefiero no correr más’.
