«Vengo peleando por esto hace muchísimos años«, fue una de las primeras frases que salieron de la boca de Julián Emmanuel Santero luego de convertirse en el 40º campeón en la historia del Turismo Carretera. Más allá de que la sensación del mendocino es incuestionable porque fue espontánea y genuina, lo cierto es que no le llevó “muchísimos años” conquistar el título más importante del automovilismo argentino. Aunque eso no quiere decir que su camino a la gloria no haya sido arduo.
El piloto nacido el 21 de octubre de 1993 en Guaymallén (Mendoza) se coronó a los 31 años, en su 7ª temporada completa en el Turismo Carretera. Un destino en la que puso el foco una vez que comprobó que sus grandes resultados en la Fórmula Renault (subcampeón en 2012 y campeón en 2013) y en el TC2000 Series (subcampeón en 2013) y su destacada temporada debut en el TC2000 (en 2014) con el equipo oficial Peugeot no le garantizaron un lugar en la categoría conocida entonces como Súper TC2000.
Su desembarco en el “mundo de la ACTC” se dio en 2015, para competir en el TC Mouras con un Chevrolet del Dole Racing. Aunque no ganó la Etapa Regular -quedó para el Ford de Martín Vázquez– fue el piloto a batir y el más ganador (3 victorias) de la temporada, y en la Copa Coronación prevaleció en la disputa con Valentín Aguirre (Chevrolet). Ese título le valió conseguir la licencia para competir en el Turismo Carretera desde 2017, previo paso por el TC Pista.
En la “telonera” del TC no pudo ejercer el dominio que había exhibido en el TC Mouras y terminó 8º en el campeonato con la Chevy del Dole Racing, aunque fue uno de los 4 pilotos que repitió triunfo (ambos en Concepción del Uruguay) en aquel torneo 2016 en el que los ascensos al Turismo Carretera fueron para Nicolás Cotignola (Torino) y Juan Martín Bruno (Dodge), campeón y subcampeón, respectivamente.
Ese mismo año debutó en el TC como invitado de Mauricio Lambiris (Torino) en los “500 Kilómetros de Olavarría”, donde cumplió una destacada actuación que le permitió celebrar en el 2º escalón del podio. Con ese mismo “Toro” tuvo su debut “teceísta” como titular en Viedma 2017 y se impuso de punta a punta en la Final, postergando nada menos que a los Chevrolet de Agustín Canapino y Christian Ledesma. No pudo mantener el protagonismo y si bien ganó el Coronación en La Plata, terminó 22º en el campeonato.
Para 2018, Santero pidió el pase a Chevrolet (marca con la que había corrido en TC Mouras y TC Pista), pero sólo le dieron la autorización para cambiar a Dodge, opción que aceptó porque el Dole Racing tenía una gran experiencia con la “Pentaestrella”. Logró 1 triunfo (La Pedrera), clasificó a la Copa de Oro y terminó 10º en el campeonato.
Al año siguiente, su solicitud para correr con Ford tuvo una respuesta positiva. Sin embargo, la falta de presupuesto le impidió correr. Sólo dijo presente en el “Desafío de las Estrellas” en El Villicum para reemplazar a Emanuel Moriatis (Ford). Ganó en la pista, pero terminó 21º tras el recargo que recibió porque se detuvo en los boxes en una vuelta incorrecta.
El regreso a tiempo completo se produjo en 2020 con un Ford “0 km” del Alifraco Sport, bajo la estructura comercial de los hermanos Marcelo y Alejandro Occhionero, denominada Memo Corse. Su victoria en El Villicum lo convirtió en el 7º piloto en la historia del TC en ganar con al menos 3 marcas (y en sólo 3 años) y le devolvió la gloria al equipo de Walter Alifraco luego de 8 años. Volvió a clasificar a la Copa de Oro, por 1ª vez llegó a la última fecha con posibilidades de ser campeón y concluyó 4º en el campeonato.
La temporada 2021 resultó la primera en la que no logró clasificar al “play-off” (quedó 17º en el certamen) y además fue suspendido por 1 fecha a raíz de un toque de atrás a “Josito” Di Palma (Ford) mientras peleaban por la victoria en Concordia. Aún así, se las ingenió para ganar en San Nicolás, a la postre su único “top 5” del año. Por el contrario, en 2022 -ya sin el Memo Corse- no pudo ganar ni subir al podio (lo mejor fue 4º en Viedma) pero eso no le impidió ser parte de la Copa de Oro, en la que estuvo lejos de ser protagonista, lo que explica su 13ª posición final en el campeonato.
Se desvinculó del Alifraco Sport luego de 3 años para sumarse al LCA Racing, donde vivió sus dos mejores temporadas en el Turismo Carretera, siempre con la asistencia técnica de Ezequiel “Coco” Burani y los motores de Mauricio Candela. En 2023, venció en El Calafate y San Luis, redondeó su mejor Etapa Regular (2º), llegó con posibilidades al Premio Coronación (4º en el orden) y terminó como subcampeón.
Este año, para ser campeón, necesitaba mejorar sus muy buenos números de 2023 y lo consiguió. Se adjudicó la Etapa Regular, quedó entre los 6 mejores en 12 de las 14 clasificaciones, volvió a cosechar 2 triunfos (Viedma y San Luis) y pasó a la historia del Turismo Carretera por convertirse en el primer monarca mendocino de la categoría y por ser el primer campeón con un Ford Mustang, mérito que comparte con el Falcon, modelo que empleó en las 7 primeras fechas.