El Gran Premio de la Emilia-Romaña sería el primero del año con condiciones de pista mojada, si es que la lluvia no es lo suficientemente fuerte como para poner en riesgo la competencia. La situación no ha sido fácil en la región que recibe a la Fórmula 1 por estos días, con fuertes lluvias y hasta inundaciones que llevaron a evacuaciones preventivas.
La zona cuenta con alerta roja y, aún pasando la peor parte del temporal, las previsiones dicen que el fin de semana continuará la lluvia. Será un nuevo desafío para la F1 y su forma de resolver la situación, contando con ciertas polémicas que se despertaron en las últimas carreras con este tipo de condición climática. La carrera de Mónaco que tardó en iniciar, el GP de Japón que se detuvo y reinició más de una hora después o el nunca olvidado Spa Francorchamps donde toda la acción transcurrió detrás del Safety Car y se entregó la mitad del puntaje.
La lluvia estuvo en Imola el año pasado, también, mojando la pista antes de la carrera. Como no regresó la precipitación, el asfalto se secó y terminaron el compromiso con neumáticos para asfalto seco. También Pirelli tendrá un reto aquí, pues estrenará nuevos compuestos para lluvia que promete más rendimiento que el anterior. Por otro lado, se verá por primera vez el nuevo sistema de reglas para la Clasificación, donde los pilotos estarán obligados a utilizar neumáticos duros en Q1, medios en Q2 y blandos en Q3. Pero, con lluvia, se utilizarán los compuestos de mojado y todo el plan necesitará reestructuración.
