Durante varios años, directivos y promotores argentinos y brasileños proyectaron un campeonato sudamericano de automovilismo. A principios de la década del ochenta, Miguel Ángel De Guidi cristalizó ese anhelo el 17 de octubre de 1982, cuando en el circuito de Tarumá, en Porto Alegre, se desarrolló la primera competencia con equipos y autos de ambos países, y pilotos de cuatro países que conformaron una interesante presencia de 23 participantes (13 brasileños, 7 argentinos, 2 uruguayos, 1 chileno) para iniciar el futuro certamen que anticipó lo años más tarde se desarrolló a nivel político con el Mercosur.
El sueño se potenció porque contó un importante apoyo de la Organización de Estados Americanos (O.E.A.), y avaló el proyecto que De Guidi (quien se encontraba convalesciente de un accidente de tránsito) junto a Fórmula 2 Asociados planificaron para llevar a cabo esa primera competencia con los F2 brasileños que contaban con otra preparación y utilizaban –en algunos motores- alcohol de combustible.
Ante ello, y con el objetivo de “equiparar” la performance, los preparadores, entre los que se encontraban Oreste Berta, les indicaron a los brasileños cómo nivelar la potencia además de calzar los autos argentinos neumáticos Pirelli que utilizaban los coches del país vecino.
TRAVESÍA EN TÁNDEM
Durante el mediodía del miércoles 13 de octubre, una veintena de periodistas se reunieron en la sede del ACA para viajar a Brasil transportado por el propio Guillermo Maldonado, quien ofició de chofer de su micro, y junto a los de Osvaldo Antelo, Luis Di Palma, Guillermo Kissling, Gustavo Sommi, quien viajó con los hermanos Rullo, y luego se sumó Alberto Scarazzini para cubrir los 1.300 kilómetros hasta la ciudad de Porto Alegre.
EN PISTA TODOS POR UN MISMO COMPROMISO
La prestación de los pilotos y autos argentinos se mostraron muy superiores sobre sus pares brasileños. Esto motivó varias reuniones para compensar los rendimientos y lograr que no sea tanta la diferencia de prestación entre los Berta y los Heve y Polar, que tenían motores VW Passat preparados por Brabham, corrigiendo el rango de potencia y la puesta a punto de cada chasis.
Esto era apuntalado por los directivos del Automóvil Club Argentino, Confederación Brasileña de Automovilismo, Federación Gaúcha de Automovilismo, Federación Paulista de Automovilismo y el Automóvil Club de Río Grande do Sul (en donde se disputó la competencia), además de los miembros de la Confederación Deportivo de Automovilismo Suramericano (CO.D.A.Sur).
PRECISIÓN Y ESPECTÁCULO ANTE UNA MULTITUD
Tras la clasificación en la cual el más rápido fue Alberto Scarazzini con el Berta Dodge 1.500, con 1m03s93 (a 169,835 Km/h.) estableció entonces el nuevo récord de la pista de 3.016 metros, escoltado por Di Palma y Juan Manuel Fangio Jr, con la misma mecánica; el mejor brasileño fue Ronaldo Ely, quien se ubicó cuarto a 18/100 del entrerriano.
Con 30 mil espectadores en las tribunas, una jornada soleada y TV en directo para Brasil y Argentina (se transmitió por la señal de Canal 13) además de las radios entre las cuales estaba Campeones a través de Splendid con Jorge Luis y Carlos A. Legnani (h), el 17 de octubre a la hora 14.15 se puso en marcha la esperada carrera que gestó lo que luego fue la Fórmula 2 Codasur y más tarde la F3 Sudamericana.
La competencia tuvo un intenso espectáculo desde el mismo momento de la partida, con permanentes cambios de posiciones. Al comienzo tomó el liderazgo Scarazzini pero una falla en la caja de velocidades lo retrasó y Fangio tomó la posta hasta que Di Palma lo superó por un par de giros cuando al arrecifeño lo sorprendió Leonel Friedrich y la “torcida” se vino abajo.
Había transcurrido menos de un tercio de la carrera y se dieron varias situaciones en la disputa por la vanguardia, en donde un abigarrado pelotón de una decena de máquinas se alternaron en las posiciones, pero en el giro 12 Guerra (que había clasificado octavo) fue progresando y superó a Friedrich para marcar el ritmo y cumplir con las 33 vueltas antes que todos, marcando su nombre como el primer ganador de la F2 Codasur, con el Berta Renault 18.
El uruguayo Pedro Passadore con un Berta Dodge fue segundo, a más de cuatro segundos, y luego de una puja por esa posición con Guillermo Kissling, quien ocupó el tercer escalón del podio a bordo de un Berta Taunus, seguido por otro oriental, Egon Einoder, Fangio y el mejor brasileño, Pedro Muffato, gran defensor de la categoría y promotor durante los siguientes años.
“SOY UN HOMBRE AFORTUNADO”
Al concluir la competencia, Guerra quien en la competencia de Mendoza había vuelto a correr con Antelo en Argentina tras el frustrado intento de seguir en Europa luego de su accidente con el Osella de F1 en Imola 1981, se mostró eufórico y lo dejó plasmado en sus primeras declaraciones al bajarse del Berta Renault.
“Para mi campaña deportiva, ganar esta primera carrera es de mucho peso. Todos buscábamos ganarla y me tocó a mí. Sin dudas, soy un hombre de suerte”, admitió Guerra, quien le dedicó la victoria a De Guidi. “Se lo dedico a Miguel, porque puso todo de sí para concretar esta carrera, poniendo en funcionamiento una categoría americana”, indicó.
La «revancha» se dio en diciembre de 1982, con otra competencia en el autódromo de Buenos Aires, en donde volvieron a medirse argentinos, brasileños, uruguayos, chilenos y el americano Bobby Rahal quien compitió invitado por Guillermo Maldonado, iniciando así una nueva categoría en el mundo y que a partir de 1983 tuvo al «Yoyo» de 9 de Julio como el referente con cuatro títulos sudamericanos, y luego, en 1987, con F3 Sudamericana marcando una evolución con autos de última generación en la región.
