Tras el fuerte tumbo que protagonizó, durante la tercera etapa del Dakar en Arabia Saudí, el Dacia Sandrider de Sebastien Loeb y su copiloto Fabián Lurquin acusó varias averías en suspensiones y partes de la carrocería que pudieron ser reparadas provisoriamente en el lugar del incidente para llegar al campamento de Al Henakiyah y hacer una revisión exhaustiva con el objetivo de continuar corriendo.
Junto a los mecánicos del equipo estaban los delegados técnicos de la FIA y estos registraron que parte de la jaula de seguridad del Sandrider estaba magulladuras que a su consideración afectaba la estructura y por tal razón «no es seguro permitir al competidor continuar en el evento». Con esta notificación, quedó «ipso facto» fuera de carrera Loeb, situación similar a la que le ocurrió a Carlos Sainz y su Ford Raptor al cabo de la Chrono 48.
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En tanto, los técnicos e ingenieros de Dacia continuaron recabando datos a través de cálculos y análisis con el objetivo de demostrar que el golpe no alteró la estructura de seguridad y presentaron una apelación para que la FIA reconsidere la sanción y permita continuar participando Loeb y Lurquin, lo cual será analizado por el ente rector.