Sin lugar a dudas, no ha sido la mejor semana para Charles Leclerc. Y no en cuanto a lo deportivo, sino a su vida personal que – claramente – está influenciada por los compromisos que tiene para con Ferrari.
Quien se prepara para defender nuevamente la cima del campeonato de la Fórmula 1 en el Gran Premio de Barcelona, asistió a una exhibición de autos históricos que giraron por el trazado de Montecarlo el pasado fin de semana. Leclerc, que ya había tenido una difícil tarea al conducir la 312 T4 de Gilles Villeneuve, se sentó sobre la 312-T que manejó Niki Lauda en la temporada 1974.
Todo marchaba bien, el público saludaba al joven piloto y apreciaban el paso del bello modelo utilizado por el austríaco, tres veces campeón de la máxima categoría. Al momento de ingresar a la curva conocida como ‘La Rascasse’, el auto realiza un trompo y golpea en la parte trasera, desprendiendo el alerón de su forma original.
El video no tardó en hacerse viral, como así tampoco las críticas, memes y comentarios sobre Charles por haber dañado una ‘reliquia’. Sin embargo, el equipo Ferrari publicó vía Twitter horas más tarde que el auto había tenido problemas con los frenos. De hecho, nuevas fotografías ratifican la causa por la cual Leclerc terminó contra las medidas de seguridad.