Nadie pensaría que un poleman puede irse conforme si finaliza 13° en la final. Pero después de haber visto la impresionante remontada de Otto Fritzler, no queda ninguna duda que esa conformidad está más que justificada. El piloto de Ford rompió el motor en la segunda vuelta de la serie y quedó relegado al puesto 46 de 47. Largó anteúltimo y, con un motor de repuesto que le proveyó Omar Martínez, protagonizó una escalada fenomenal para terminar decimotercero.
Para poner en números: ¡Treinta y tres! autos pasó el jóven de 20 años, que iba amontonando máquinas por detrás suyo a medida que transcurría la competencia. «Avanzamos un montón. El ritmo del auto era impecable. Los pasaba a casi todos traccionando. Haciamos tijeras y traccionábamos.» declaró el del Moriatis Competición. Pero le agradeció al entrerriano por haberle otorgado la planta impulsora de reposición. «El motor de repuesto que nos dio el ‘Gurí’ estuvo muy bien. Faltaba un poquito pero me dejó cumplir con creces, así que le agradezco a él y a todo el equipo porque me entregaron un auto tremendo» Y afirmó con seguridad: «Estábamos para ganar»
«Si uno clasifica primero y llega 13°, piensa que no es bueno. Ahora, si largás 46° y llegás 13°, es excelente» sintetizó el de Bella Vista, que se tiene fe (y con razón) para lo que viene. «Me quedo tranquilo porque funcionamos muy bien de nuevo y el ritmo es excelente.»
La pole del sábado es otra muestra más de la potencialidad que tiene Fritzler. En sólo cuatro carreras en el TC, ya tiene una clasificación ganada, y una serie (La de Centenario, que además fue la más rápida, por lo que también sabe lo que es largar desde la punta.) Por diversas circunstancias, aún no lo ha podido plasmar en una final. Pero la capacidad de Otto es realmente innegable.