«Fue un gran accidente, pero afortunadamente el auto es muy seguro«, señaló José María López al repasar el fuerte despiste y posterior tumbo con el Toyota GR010, ante lo cual debió abandonar en las 1.000 Millas de Sebring, cuando cumplia 110 vueltas de la competencia que abrió la temporada 2022 del Campeonato Mundial de Resistencia.
El piloto argentino intentaba dirigirse a los boxes luego del toque que tuvo con el Porsche de Julien Andlauer, de GTE Pro Am, cuando lo superaba en la curva 9, y que le provocó un trompo y despiste; luego, el Toyota N°7 retomó su marcha pero con daños en su parte derecha, y cuando llegó al frenaje de la curva 14 de Sebring, siguió derecho e impactó contra las defensas, volcando y quedando con las ruedas hacia arriba.
«Entré en contacto con el auto GT y dañé la parte delantera. Traté de recuperarme lo antes posible, pero calculé mal el daño que realmente sufrió el coche, y cuando me acerqué a la curva 14, los daños hicieron que la carrocería, en su parte delantera, se cayera y no pude maniobrar ni desacelerar bien. Como resultado, me estrellé contra la barrera», explicó el cordobés.
La estructura del Toyota resistió muy bien dada la naturaleza del accidente, y ‘Pechito’ pudo salir del auto rápidamente y traslándose al centro médico en donde se le realizó un chequeo para constatar que no tuviera lesiones, y recibiendo el alta sin problemas.
De todas maneras, aún no se reveló si podrá participar en las 12 horas de Sebring, segunda competencia del Campeonato IMSA WeatherTech SportsCar, en donde el cordobés comparte la conducción del Cadillac DPI de Action Express, junto a Kamui Kobayashi y Mike Rockenfeller, que clasificó 5°.