El último fin de semana, a poco menos de diez giros para el final, parecía que Max Verstappen tenía una cómoda ventaja para quedarse con el quinto triunfo en fila y seguir estirando su liderazgo en el campeonato a falta de seis fechas para el final.
Sin embargo, en un rotundo cambio de escena, Daniel Ricciardo debió detener su McLaren entre los curvas seis y siete y esto provocó la aparición del safety car. Los líderes entraron a los pits a colocar neumáticos blandos nuevos, se colocaron detrás del auto de seguridad listos para relanzar y darle un poco de emoción a un GP bastante lineal.
Pero nada de eso sucedió y la competencia terminó bajo neutralización, lo que dejó a los espectadores alrededor del mundo con las ganas de ver un duelo a tres bandas entre Verstappen, Leclerc y Russell. Finalmente ellos tres terminaron subiéndose al podio en ese orden.
En un comunicado luego de la carrera, uno de los voceros de la Federación Internacional de Automovilismo (FIA) expresó: «Mientras que todos los esfuerzos fueron realizados para retirar el auto #3 (el de Daniel Ricciardo) rápidamente para volver a correr, la situación siguió y los marshals no pudieron poner el auto en cambio neutro y empujarlo hasta la vía de escape».
«Como la seguridad en la operación de recuperación de los monoplazas es nuestra prioridad, y el incidente no era significativo de una bandera roja, la competencia terminó bajo safety car siguiendo los procedimientos acordados entre la FIA y los competidores. El tiempo del período del auto de seguridad en estos procedimientos no está relacionado», agregó el responsable de aclarar la situación.
De esta manera, la FIA deja en claro los motivos por los cuales la carrera en Monza no volvió a velocidad de carrera. El triunfo del neerlandés le permite disfrutar de una cómoda ventaja de 116 puntos sobre Leclerc a solo seis fechas del final, una de ellas con sprint el sábado (la anteúltima en Brasil).
